De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo envío, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo envío, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 

La conexión aquí parece ser que, a pesar de la deshonra que le hizo Judas, y de un trato similar que les esperaba, debían alegrarse con la seguridad de que tal oficio, incluso como el suyo propio (Judas), era divino.

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