Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo; mas para que el mundo sea salvo por él.

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo; mas para que el mundo sea salvo por él. Una declaración de gran importancia. Aunque la "condena" es para muchos el tema de la misión de Cristo, no es el objeto de su misión la que es puramente salvadora.

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