Pero id, decid a sus discípulos y a Pedro que va delante de vosotros a Galilea: allí le veréis, como os dijo.

Pero sigue tu camino, díselo a sus discípulos y a Pedro. Este segundo evangelio, al estar redactado, como lo afirma toda la tradición más antigua, bajo la mirada de Pedro, o con materiales proporcionados principalmente por él, hay algo profundamente conmovedor en la preservación de esta pequeña cláusula por parte de Marcos sólo, y en la cláusula misma, que es imposible no relacionar con la nube bajo la que yacía Pedro a los ojos de los Once, por no decir también a los suyos.

Sin duda la "mirada" de Jesús y el "llanto amargo" que le siguió, contenía todos los elementos de un arreglo y una reconciliación. Pero tales heridas no se curan fácilmente; y este fue sólo el primero de una serie de toques medicinales, el resto de los cuales seguirán en breve.

Que va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo. Vea la nota en.

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