Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.

E inmediatamente se levantó, tomó la cama. '¡Dulce dicho!' dice Bengel. 'La cama había dado cuidado al hombre: ahora el hombre dio cuidado a la cama.'

Y salió delante de todos ellos , proclamando con ese acto a la multitud, cuyos ojos asombrados lo seguirían mientras los atravesaba, que Aquel que podía obrar tan glorioso milagro de sanidad, ciertamente debía "tener poder en la tierra para perdonar pecados". 

Tanto que todos estaban asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa [ houtoos ( G3779 )] - 'nunca lo vimos así', o, como decimos, 'nunca vimos algo así'. En Lucas ( Lucas 2:26 ) es, "Hemos visto cosas extrañas (o 'inesperadas') [ paradoxa ( G3861 )] hoy" - refiriéndose tanto a los milagros realizados como al perdón de los pecados pronunciado por labios humanos. En Mateo ( Mateo 9:8 ) dice: "Se maravillaron y glorificaron a Dios, que había dado tal poder a los hombres". ¡No se asombraban del poder de perdonar, sino de que un hombre, aparentemente como uno de ellos, lo poseyera!

Observaciones:

(1) ¿No fue una obra bendita la que hicieron esos cuatro, llevar un paciente al Gran Médico? ¿Pero no puede hacerse esto de muchas maneras todavía? ¡Y cuán alentadora es la nota que Jesús tomó, no sólo de la fe del paciente, sino de sus portadores!

(2) ¡Qué lección nos enseña la extraordinaria determinación de estos creyentes portadores del paralítico, de no permitir que ningún obstáculo se interponga en nuestro camino para llegar a Jesús, ya sea para nosotros o para nuestros seres queridos!

(3) ¡Cómo resplandece aquí la suprema Divinidad del Señor Jesús, en la autoridad y poder de perdonar pecados, aun como Hijo del Hombre en la tierra, que primero expuso y luego demostró que poseía! y el horror medio reprimido que llenó a los eclesiásticos que presenciaban la escena, al oír de labios humanos lo que era prerrogativa exclusiva de Dios pronunciar, cuando unimos a ello la prueba que Jesús les dio de la justicia de su pretensión, no hace sino coronar la prueba que esta escena proporciona de la gloria divina de Cristo.

(4) Si incluso en la tierra, o en la profundidad de Su humillación, el Hijo del Hombre tenía poder para perdonar pecados, ¿dudaremos de Su "capacidad de salvar hasta lo sumo", ahora que está sentado a la diestra de la Majestad en las alturas?

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