El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

El que os recibe (o 'aloja') a vosotros, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. Así como el trato que recibe un embajador se entiende y se considera que expresa la luz bajo la cual se ve al que lo envía, así, dice nuestro Señor aquí, 'Vuestra autoridad es mía, como la mía es la de mi Padre'.

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