Llegaron, pues, los criados del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?

Y vinieron los siervos del padre de familia (es decir, los ministros de Cristo) y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Esto expresa bien la sorpresa, el desengaño y la de los fieles servidores y del pueblo de Cristo, ante el descubrimiento de "falsos hermanos" entre los miembros de la Iglesia.

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