INTRODUCCIÓN

MIQUEAS era nativo de Moresheth, no el mismo que Mareshah, sino que se encontraba cerca de Eleuterópolis, al oeste de Jerusalén, en la frontera del país filisteo; se llamaba así para distinguirlo de Moresheth de Judá. Su nombre completo es Micaías (no el Micaías mencionado en los reinados de Jotam, Acaz e Ezequías, es decir, entre 757 y 699 a.C.). Jeremías (reinado de Ezequías) fue contemporáneo de él. Por lo tanto, fue contemporáneo de Isaías y Oseas. Las idolatrías practicadas en el reinado de Acaz concuerdan con las denuncias de tales males que hace Micaías, y confirman la verdad del tiempo asignado (Samaria), en parte en contra de Judá. Como Samaria, la metrópolis de Israel, fue tomada primero y Jerusalén, la capital de Judá, posteriormente, en la introducción se profetiza la captura de ambas, la cautividad y restauración de los judíos, y la venida y reinado del Mesías. Su estilo es completo, redondo y perspicuo; su dicción, pura, y sus paralelismos, regulares. Su descripción de Jehová es una de las más sublimes en las Escrituras. La similitud entre Isaías y Micaías en algunos pasajes (compara Miqueas 4:1 ) se explica por ser contemporáneos, estar familiarizados con los escritos inspirados del otro y tener los mismos temas como objeto de su obra. HENGSTENBERG sostiene que el pasaje en Micaías es el original. Isaías era un tanto más viejo, siendo profeta en el reinado de Uzías, el predecesor de Jotam, mientras que Micaías comenzó sus profecías bajo Jotam.

El libro consta de dos partes: (1) los primeros cinco capítulos; (2) los capítulos seis y siete, un diálogo o controversia entre Jehová y Su pueblo, en el que les reprocha su conducta antinatural e ingrata, y amenaza con juicio por sus corrupciones, pero los consuela con la promesa de restauración de la cautividad.

Micaías ocupa el sexto lugar de los profetas menores en el canon hebreo, pero tercero en el de la Septuaginta.

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