Y Jehová dijo a Moisés: Si su padre no hubiera hecho más que escupirle en la cara, ¿no se avergonzaría durante siete días?

Su padre no había hecho más que escupirle en la cara. Los judíos, al igual que todos los pueblos de Oriente, parecen haber tenido una intensa aversión a escupir; y el hecho de que un padre expresara su desagrado haciéndolo en la persona de uno de sus hijos, o incluso en el suelo en su presencia, separaba a ese niño como impuro de la sociedad durante siete días.

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