Comentario Crítico y Explicativo
Números 17:2
Habla a los hijos de Israel, y toma de cada uno de ellos una vara conforme a las casas de sus padres, de todos sus príncipes conforme a las casas de sus padres doce varas; escribe tú el nombre de cada uno sobre su vara.
Habla a los hijos de Israel. La controversia con Moisés y Aarón acerca del sacerdocio era de tal naturaleza y magnitud que requería una solución decisiva y autorizada. Para disipar todas las dudas y acallar todas las quejas futuras respecto al titular del cargo, se realizó un milagro de carácter notable y duración permanente, y en la manera de realizarlo se hizo que todo el pueblo tuviera un interés directo y especial.
Tomad de cada uno... príncipes... doce varas. Dado que los príncipes, siendo los hijos mayores de la familia principal y jefes de sus tribus, podrían haber presentado los mejores reclamos al sacerdocio, si esa sagrada dignidad iba a ser compartida entre todas las tribus, por lo tanto fueron seleccionados, y siendo doce en número, el de José siendo contado sólo uno, se le ordenó a Moisés que se asegurara de que el nombre de cada uno estuviera inscrito en su vara o vara de oficio, una práctica tomada de los egipcios.
Los babilonios tenían lo mismo ('Herodotus' de Rawlinson, b. 1:, ch. 19:, sec. 5, nota 3). х maTeh ( H4294 ) significa a veces una tribu; pero su significado primario es una rama o un bastón: de ahí que una vara o bastón oficial sea un emblema de poder]. Esta inscripción de los nombres de las tribus en las distintas varas es una prueba adicional a las ya conocidas de que la escritura era bien conocida por los israelitas en la época del Éxodo.
Se utilizó el nombre de Aarón y no el de Leví, ya que este último nombre habría abierto una puerta a la controversia entre los levitas; y como sólo debía haber una vara para el jefe de cada tribu, la designación expresa de una vara para Aarón lo determinaba como jefe de esa tribu, así como de la rama o familia de la tribu a la que debía pertenecer la dignidad sacerdotal. La vara de Aarón era la que, habiendo pertenecido a Moisés, y habiendo sido utilizada por él en la realización de tantos milagros, adquirió un carácter sagrado; y al ser nombrado Aarón para el oficio del sacerdocio, fue confiada a su cuidado.
Estas varas debían colocarse en el tabernáculo cerca del arca (cf. Números 17:10 y Hebreos 9:4 ), donde se prometía una señal divina que pondría fin a la disputa para siempre.