Y les dio Moisés, a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén, y a la media tribu de Manasés hijo de José, el reino de Sehón rey de los amorreos, y el reino de Og rey de Basán, la tierra, con las ciudades de ella en los términos, las ciudades del país alrededor.

La mitad de la tribu de Manasés. En ninguna parte del registro se explica cómo se incorporaron a las dos tribus, o qué dividió a esta gran tribu en dos partes, de las cuales una quedó para seguir la fortuna de sus hermanos en la vida sedentaria de las colinas occidentales, mientras que la otra se le permitió vagar como tribu nómada por las tierras de pastoreo de Galaad y Basán.

No se mencionan como acompañantes de Rubén y Gad en su aplicación a Moisés, ni tampoco fueron incluidos en sus primeras instrucciones ( Números 32:25); pero como también eran un pueblo adicto al pastoreo, y poseían rebaños tan inmensos como los otros dos, Moisés invitó a la mitad de ellos a quedarse, a consecuencia, probablemente, de encontrar que esta región era más que suficiente para las necesidades pastoriles de los otros, y les dio preferencia, como algunos han conjeturado, por su valerosa conducta en las contiendas con los amorreos (cf. Números 32:39 con Josué 17:1 ).

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