Los malos se inclinan ante los buenos; y los impíos a las puertas de los justos.

Los malos se inclinan ante los buenos; y los impíos a las puertas de los justos. El mal será abatido tanto que se inclinarán ante el bien para pedir su ayuda, los hermanos malvados de José fueron llevados a "inclinarse ante él a tierra" (cf.). Los clientes esperan 'a las puertas' de los más poderosos, para pedir su ayuda cuando van a salir, ya que dentro no se admiten mendigos. Los malvados implorarán la intercesión y la ayuda de los piadosos en vano.

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