Cuando los caminos del hombre agradan a Jehová, aun a sus enemigos hace estar en paz con él.

Cuando los caminos del hombre agradan al Señor, él hace que incluso sus enemigos estén en paz con él, en la medida en que sea para la gloria de Dios y para nuestro verdadero y eterno bien. Así que Labán y Esaú se vieron obligados a estar en paz con Jacob.

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