El que confía en su propio corazón es necio; mas el que anda en sabiduría, será librado.

El que confía en su propio corazón (entregándose a su propia voluntad e impulsos, y así ande imprudentemente) "es un necio" (y será destruido):

Pero el que anda sabiamente (no confiando en su propio corazón, sino en el Señor,), "será librado", de todos los peligros.

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