Cuando los impíos se multiplican, la transgresión aumenta, pero los justos verán su caída.

Cuando los impíos se multiplican, la transgresión aumenta. Cuantos más hay de malvados, más audaces son en la transgresión, en razón de su mutuo ejemplo y sus solicitaciones al pecado. Lo que hace la mayoría de los hombres, por malo que sea, se considera sancionado por los números.

Pero los justos (no deben desanimarse por el floreciente predominio de la maldad, porque ellos) "verán su caída".

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