Pero es judío el que lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, y no en letra; cuya alabanza no es de los hombres, sino de Dios.

Mas es judío el que lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, y no en letra; cuya alabanza no es de los hombres, sino de Dios. El nombre de "judío" y el rito de la "circuncisión" fueron diseñados como símbolos externos de una separación del mundo irreligioso e impío hacia la santa devoción de corazón y vida al Dios de salvación. Donde esto se realiza, los signos están llenos de significado; pero donde no está, son peor que inútiles.

Observaciones:

(1) En medio de todas las desigualdades de oportunidades religiosas impuestas a los hombres, y la misteriosa influencia de esto sobre su carácter y destino para la eternidad, los mismos grandes principios de juicio, en una forma adecuada a su respectiva disciplina, se aplicarán a todos, y se verá que la equidad perfecta reina en todas las etapas de la administración divina.

(2) De los tres fundamentos profundos sobre los que reposa toda religión revelada, teníamos dos en el primer capítulo de esta epístola: la física y la metafísica de la teología natural ( Romanos 1:19 ). Aquí tenemos la tercera, la Ética de la Teología Natural. El testimonio de estos dos pasajes es inapreciable para el teólogo, mientras que en el pecho de todo cristiano educado despierta ecos tan profundos que son inexpresablemente solemnes y preciosos.

(3) Las altas profesiones religiosas son un terrible agravamiento de las inconsistencias de quienes las hacen; y el disgusto instintivo que engendran en aquellos que se lisonjean de que por no hacer profesión religiosa no pueden al menos ser acusados ​​de hipocresía, aunque eso no proporciona excusa para la irreligión desvergonzada, no es más que un eco del aborrecimiento divino de aquellos que "tienen apariencia de piedad, pero niegan la eficacia de ella".

(4) Así como ningún privilegio externo o insignia del discipulado protegerá a los impíos de la ira de Dios, así tampoco la falta de ellos excluirá del reino de los cielos a aquellos que han experimentado sin ellos ese cambio de corazón que los sellos de Dios pacto fueron diseñados para marcar. A la vista del gran Escudridor de corazones, el Juez de vivos y muertos, la renovación del carácter en el corazón y la vida es todo en todos.

En vista de esto, ¿no han de temblar todos los discípulos bautizados y sacramentados del Señor Jesús, que "profesan conocer a Dios, pero lo niegan con las obras", que, bajo la apariencia de amigos, son "enemigos del cruz de Cristo?"

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