Porque la mente carnal es enemistad contra Dios: porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede.

Porque la mente carnal es enemistad contra Dios. El deseo y la búsqueda de fines carnales es un estado de enemistad contra Dios totalmente incompatible con la verdadera vida y la paz en el alma.

Porque no está sujeto ('no se sujeta') a la ley de Dios, ni tampoco puede estarlo - 'tampoco puede'; es decir, en tal estado de ánimo no hay ni puede haber la menor sujeción a la ley de Dios. Se pueden hacer muchas cosas que la ley requiere, pero nada se hace o se puede hacer porque la ley de Dios lo requiere, o simplemente para agradar a Dios.

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