Los cielos, los cielos, son de Jehová: mas él ha dado la tierra a los hijos de los hombres.

Los cielos, (incluso) los cielos, son del Señor; mas la tierra la ha dado a los hijos de los hombres. Aunque Él posee la tierra y el cielo por igual, Él ha dado, en su bondad, la tierra para que sea herencia del hombre, en la cual Dios derrama sobre el hombre sus bendiciones, y espera las alabanzas del hombre.

Dios no permitirá que su propósito amoroso sea frustrado al permitir que su pueblo elegido entre "los hijos de los hombres" sea extirpado de la tierra por sus enemigos. Compare ( Habacuc 1:14 ). Hebreo, 'los cielos, cielos;' el último sin el artículo: tal vez el primero apunta a los cielos visibles; este último, el nombre general de todo lo que está sobre la tierra.

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