En cuanto a la cabeza de los que me rodean, que la iniquidad de sus propios labios los cubra.

En cuanto a la cabeza de los que me rodean (es decir, para destruirme), que la iniquidad de sus propios labios los cubra. Una cubierta muy diferente de aquella con la que Dios 'cubrió la cabeza del salmista en el día de la batalla'. Es para hacer este contraste entre su cubierta, de cabeza y la suya, que "la cabeza de aquellos", etc., se coloca primero en el nominativo absoluto. "La maldad de sus propios labios" es la maldad que buscan hacerme con sus calumnias. Comparar.

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