Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.

Seguramente bondad, х 'ak ( H389 )] - más bien, 'solo;' es decir, nada más que bondad.

Me seguirán. Así como mis enemigos, como las fieras, me siguen con mala intención, Dios me sigue con el bien. De ordinario, los hombres siguen la felicidad, que sigue huyendo de ellos; aquí la bienaventuranza por sí misma sigue a los creyentes. Tal es el ardor de la gracia divina, que nos sigue ansiosamente, incluso cuando somos descuidados, es más, reacios" (Gejer).

Todos los días de mi vida, los días de esta vida transitoria, en contraste con la vida "para siempre", en la que no seré, como aquí, un peregrino viajero (seguido, ciertamente, por 'la bondad, de Dios'), sino un 'habitante en la casa del Señor'.

 

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