Comentario Crítico y Explicativo
Salmo 87:4
Haré mención de Rahab y de Babilonia a los que me conocen: he aquí Filistea, y Tiro, con Etiopía; este hombre nació allí.
Haré mención de Rahab y de Babilonia a los que me conocen, más bien, como requiere el sentido, y como el hebreo lª- a menudo significa (hebreo,), 'Haré mención de Rahab y Babilonia como personas que me conocen.
Los cuento entre mis verdaderos adoradores. Dios es el orador. El Israel de Dios estaba antes de este tiempo en un punto bajo. Las Diez tribus habían sido llevadas, y sólo quedaba Judá. Cuán ansiosamente, entonces, estaría la mente de aquellos que creyeron en la promesa original hecha a Abraham, de que su descendencia se multiplicaría 'como las estrellas del cielo y como la arena a la orilla del mar', ser despertado a la esperanza por los gloriosos eventos bajo Ezequías! El ascenso del pagano compensaría la pérdida de las Diez tribus.
He aquí Filistea, y Tiro, con Etiopía. Aquí el salmista habla en el Espíritu de Dios, como Dios mismo habló en la primera cláusula. Evidentemente es paralelo. Babilonia sustituye aquí a Asiria, debido a su actitud amistosa y regalos a Ezequías después de la caída del ejército de Senaquerib ( Isaías 39:1 ).
Este hombre nació allí. Filistea, Tiro y Etiopía (Cus) nacerán espiritualmente "allí", es decir, en Jerusalén, la ciudad madre de la humanidad regenerada, su lugar de nacimiento en el reino celestial. "Este hombre" es Filistea, Tiro y Etiopía personificadas como un hombre ideal. Tiro ya había ayudado a Salomón en la construcción del templo de Dios, un tipo de su última comunión en el reino evangélico, del cual la mujer cananea o sirofenicia, en el tiempo de Jesús en la tierra, fue una primicia.
La eunuca etíope, la reina Candace, convertida por el diácono Felipe, fue la primicia y prenda de la conversión definitiva de Etiopía. El progreso del Evangelio en Abisinia en la actualidad es una señal más. La necesidad del nuevo nacimiento espiritual, que se expone tan plenamente en el Nuevo Testamento, se insinúa también en el Antiguo Testamento (cf.; ;;).