1 Corintios 14:1-40
1 Sigan el amor; y anhelen los dones espirituales, pero sobre todo, profeticen.
2 Porque el que habla en una lengua no habla a los hombres sino a Dios; porque nadie le entiende, pues en espíritu habla misterios.
3 En cambio, el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.
4 El que habla en una lengua se edifica a sí mismo, mientras que el que profetiza edifica a la iglesia.
5 Así que, yo quisiera que todos ustedes hablaran en lenguas, pero más, que profetizaran; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete, para que la iglesia reciba edificación.
6 Ahora pues, hermanos, si yo fuera a ustedes hablando en lenguas, ¿de qué provecho les sería, si no les hablara con revelación, o con conocimiento, o con profecía, o con enseñanza?
7 Aun las cosas inanimadas como la flauta o el arpa, cuando producen sonido, si no hacen clara distinción de tonos, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o se toca con el arpa?
8 También, si la trompeta produce un sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?
9 Así también ustedes, si mediante la lengua no producen palabras comprensibles, ¿cómo se entenderá lo que se dice? Porque estarán hablando al aire.
10 Hay, por ejemplo, tanta diversidad de idiomas en el mundo; y ninguno carece de significado.
11 Por eso, si yo desconozco el significado del idioma, seré como extranjero al que habla, y el que habla será como extranjero para mí.
12 Así también ustedes; puesto que anhelan los dones espirituales, procuren abundar en ellos para la edificación de la iglesia.
13 Por eso, quien habla en una lengua, pida en oración poderla interpretar.
14 Porque si yo oro en una lengua, mi espíritu ora; pero mi entendimiento queda sin fruto.
15 ¿Qué pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento. Cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.
16 Pues de otro modo, si das gracias con el espíritu, ¿cómo dirá “amén” a tu acción de gracias el que ocupa el lugar de indocto, ya que no sabe lo que estás diciendo?
17 Porque tú, a la verdad, expresas bien la acción de gracias, pero el otro no es edificado.
18 Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos ustedes.
19 Sin embargo, en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi sentido, para que enseñe también a los demás, que diez mil palabras en una lengua.
20 Hermanos, no sean niños en el entendimiento; más bien, sean bebés en la malicia, pero hombres maduros en el entendimiento.
21 En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo, y ni aun así me harán caso, dice el Señor.
22 De modo que las lenguas son señal, no para los creyentes, sino para los no creyentes; en cambio, la profecía no es para los no creyentes, sino para los creyentes.
23 De manera que, si toda la iglesia se reúne en un lugar y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o no creyentes, ¿no dirán que están locos?
24 Pero si todos profetizan, y entra algún no creyente o indocto, por todos será convencido, por todos será examinado,
25 y lo oculto de su corazón será revelado. Y de esta manera, postrándose sobre su rostro, adorará a Dios y declarará: “¡De veras, Dios está entre ustedes!”.
26 ¿Qué significa esto, hermanos? Que cuando se reúnen, cada uno de ustedes tiene un salmo, o una enseñanza, o una revelación o una lengua, o una interpretación. Todo se haga para la edificación.
27 Si es que alguien habla en una lengua, hablen dos o a lo más tres, y por turno; y uno interprete.
28 Y si acaso no hay intérprete, que guarde silencio en la iglesia y hable a sí mismo y a Dios.
29 Igualmente, los profetas hablen dos o tres, y los demás disciernan.
30 Si algo es revelado a alguno que está sentado, que calle el primero.
31 Porque todos pueden profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos sean exhortados.
32 Además, los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas;
33 porque Dios no es Dios de desorden, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos,
34 las mujeres guarden silencio en las congregaciones; porque no se les permite hablar, sino que estén sujetas, como también lo dice la ley.
35 Si quieren aprender acerca de alguna cosa, pregunten en casa a sus propios maridos; porque a la mujer le es impropio hablar en la congregación.
36 ¿Salió de ustedes la palabra de Dios? ¿O llegó a ustedes solos?
37 Si alguien cree ser profeta, o espiritual, reconozca que lo que les escribo es mandamiento.
38 Pero si alguien lo ignora, él será ignorado.
39 Así que, hermanos míos, anhelen profetizar; y no impidan hablar en lenguas.
40 Pero hágase todo decentemente y con orden.
CAPITULO 14
1-25. LA SUPERIORIDAD DE LA PROFECIA SOBRE LAS LENGUAS.
1. Seguid la caridad—o sea, “el amor,” como vuestra primera y principal finalidad, viendo que es el mayor de los dones (cap. 13:13). y procurad los dones espirituales—Tradúzcase: “Pero (como segundo objetivo) desead celosamente (véase nota, cap. 12:31) los dones espirituales.” mas sobre todo que profeticéis—“pero principalmente que profeticéis” (habléis y exhortéis bajo inspiración) (Proverbios 29:18; Hechos 13:1; 1 Tesalonicenses 5:20), ya sea en cuanto a eventos futuros, esto es, predicciones estrictamente, ya sea en la explicación de las partes oscuras de la Escritura, especialmente de las proféticas, o bien, ilustrando y exponiendo cuestiones de doctrina y práctica de la fe cristiana. Nuestra predicación moderna es la sucesora de la profecía, mas sin la inspiración. Desead éste (don de profecía) más que todo otro don espiritual; o en preferencia al de “lenguas” (v. 2, etc.). [Bengel.]
2. el que habla … en lenguas habla … a Dios—quien solo puede entender todas las lenguas. nadie le entiende—hablando en términos generales; los pocos que tienen el don de la interpretación son excepcionales. aunque en espíritu—como lo opuesto a “el entendimiento” (v. 14). hable misterios—ininteligibles a los oyentes, que incitan la admiración, antes que darles instrucción. Corinto, siendo mercado frecuentado por comerciantes desde Asia, Africa y Europa, daría lugar entre su población mixta para el ejercicio del don de lenguas; pero su empleo legítimo tenía que ver con el auditorio que entendiese la lengua del orador, no como los corintios quienes abusaban de él sólo para ostentar.
3. Mas—Por otra parte. el que profetiza, habla … para edificación—de la que las dos clases dadas son la “exhortación” para quitar la pereza, y el “consuelo” para quitar la tristeza. El que habla lengua extraña … se edifica—por cuanto entiende el sentido de lo que la “lengua” particular expresa; pero “la iglesia,” esto es, la congregación, no entiende.
5. quisiera … más que profetizaseis—Tradúzcase: “Quiero pues que todos vosotros habléis en lenguas (tan lejos estoy así de tener alguna objeción en contra del don de lenguas), pero prefiero (como mi deseo ulterior y mejor) que profeticéis.” El término “lenguas,” debe significar idiomas, no extáticos arrebatos ininteligibles (como Neandro se imagina). porque Pablo nunca podría haber deseado tal cosa para ellos. mayor es el que profetiza—porque es más útil. que el que habla lenguas si … no interpretare—Es decir, a menos que interprete lo que la lengua desconocida expresa, “para que la iglesia reciba edificación.”
6. Ahora pues, ¿qué os aprovecharé—viendo que no hay edificación sin la interpretación. si no os hablare, o con revelación … o con profecía—que corresponden mutuamente la una a la otra. La “revelación” es el hecho de descubrir, de manera sobrenatural, las verdades divinas al hombre; la “profecía,” es la proclamación de tales verdades a los hombres. Así pues, “la ciencia” (o mejor dicho, “el conocimiento”) corresponde a “la doctrina,” que es el don de impartir a otros nuestro conocimiento. Como los dos primeros dones se refieren a misterios especialmente revelados, los otros dos se refieren a las obvias verdades generales de la salvación sacadas del depósito común de los creyentes.
7. las cosas inanimadas … si no dieren distinción de voces—Además del timbre particular de cada instrumento, debe haber distinción de tonos (o notas). ¿cómo se sabrá lo que se tañe—Cómo se reconocerá la melodía que se toca o se tañe.
8. Y si la trompeta—otro paso más en el argumento. diere sonido incierto—Es decir, si no tuviese un sonido determinado. La trompeta debe dar sucesiones de tonos tan acertados que indiquen infaliblemente a los soldados ya que ataquen, ya que se retiren, u otra maniobra que se deseare.
9. Así también vosotros—que tenéis vida, en contraste con las “cosas inanimadas” (v. 7). si por la lengua no diereis palabra significante—por el idioma que habláis. hablaréis al aire—Estaréis hablando en vano (cap. 9:26).
10. Tantos—Palabra usada generalmente para significar un número determinado pero no expresado: Hechos 5:8; también 2 Samuel 12:8. géneros de voces—clases de habla articulada. y nada hay mudo—Nada hay sin voz articulada (esto es, sin sentido preciso). Nada hay que no tenga su propia voz, o modo de habla distinto de los demás.
11. Mas si yo ignorare el valor de la voz—“si pues …” viendo que toda lengua tiene su sentido. seré bárbaro—extranjero (Hechos 28:2). No en el sentido deprecante en que se emplea el término hoy día, sino de uno que habla un idioma extraño.
12. pues que anheláis—con espíritu de rivalidad espirituales dones—lit., “espíritus;” esto es, emanaciones del Espíritu. procurad ser excelentes—“Buscadlos, y tratad de sobresalir en ellos para la edificación …”
13. el que habla lengua extraña—“El que habla en lengua desconocida, en su oración (o mientras ore) que se esfuerce por interpretar.” [Alford.] Esta explicación de “pida” es necesaria a causa de su conexión con el versículo siguiente. Aunque sus palabras sean ininteligibles a sus oyentes, debe orar para obtener el don de la interpretación, a fin de que sirvan de edificación “a la iglesia” (v. 12).
14. si yo orare en lengua desconocida, mi espíritu ora—Mi ser superior, o sea el objeto pasivo de las operaciones del Espíritu Santo, el instrumento de oración en lenguas desconocidas, lo opuesto al “entendimiento”, el instrumento activo del pensamiento y del raciocinio, que en este caso debe ser “infructuoso” para edificar a otros puesto que el vehículo de expresión (lengua desconocida) les es ininteligible a ellos. Sobre la distinción entre alma o mente y espíritu, véase Efesios 4:23; Hebreos 4:12.
15. ¿Qué pues?—¿Cuál es mi resolución sobre ello? oraré con el espíritu—No sólo oraré con mi espíritu, lo que (v. 14) podría dejar el entendimiento sin edificar, sino con el entendimiento también. [Alford y Ellicott.] mas … también con entendimiento—y, por inferencia, guardaré silencio del todo, si no puedo orar con el entendimiento (de modo que pueda hacerme entender a otros). Una advertencia presciente, mutatis mutandis, contra la práctica romana y griega de conservar las liturgias en lenguas muertas, que tiempo ha dejaron de ser comprensibles a las gentes aunque sus padres las hablaban en el tiempo cuando dichas liturgias fueron compiladas para el uso general.
16. Porque—Más bien: “de otro modo. con el espíritu si bendijeres—Cambia de la primera a la segunda persona, ya que acababa de expresar su propia resolución: “Yo oraré con el entendimiento,” sin tomar en cuenta lo que hicieres tú. El “bendecir” es la clase suprema de oración. el que ocupa lugar de un mero particular—Más bien, el que, por cuantos más dones que tuviere, carece del de la interpretación, y por tanto se ve reducido a la posición de un indocto, “sin letras e ignorante” (Hechos 4:13). ¿cómo dirá amén—La oración no es un deber vicario que otro haga por nosotros, como en las liturgias y misas de Roma. Debemos unirnos con el que dirige las oraciones y alabanzas de la congregación y responder con el “Amén” en asentimiento en voz alta, como era el uso de los judíos (Deuteronomio 27:15; Nehemías 8:6) y de las primitivas iglesias cristianas. [Justino Mártir, Apologías 2:97.]
17. tú … haces gracias—Las oraciones en la sinagoga se llamaban “elogios.” porque a cada oración se unía un hacimiento de gracias. De ahí que las oraciones en la iglesia cristiana también se llamaran bendiciones y hacimientos de gracias. Esto ilustra el pasaje de Colosenses 4:2; 1 Tesalonicenses 5:17. Así el Kaddisch y Keduscha, que eran las fórmulas sinagogales para “santificar” el “nombre” divino y orar por la “venida del reino de Dios,” corresponden a la oración del “Padre nuestro,” que es a menudo repetida y se reconoce como el fundamento en que se edifican las demás oraciones. [Tertuliano, de Oratione.]
18. Doy gracias a Dios que hablo lenguas—En los manuscritos más antiguos se usa el singular: “hablo en lengua (extranjera).”
19. más quiero hablar … con mi sentido—El verbo griego expresa más literalmente este sentido: “Deseo hablar cinco palabras con mi entendimiento (antes) que diez mil palabras en lengua desconocida:” o sea dos mil veces menos. El verbo griego que significa “más quiero hablar” o “preferiría hablar” sería diferente del que aquí se usa. San Pablo no hubiera deseado en ninguna manera hablar “diez mil palabras en lengua desconocida.”
20. Hermanos—Esta apelación la hace el apóstol para conciliar la favorable recepción de su exhortación por parte de ellos. no seáis niños en el sentido—o “en inteligencia”, prefiriendo los dones cuyo abuso puede ser en perjuicio de vuestra edificación (véanse cap. 3:1; Mateo 10:16; Romanos 16:19 Efesios 4:14). El término griego traducido aquí por “sentido” significa la intención del espíritu (Romanos 8:6); así como el “corazón” expresa la intención del “alma”.
21. En la ley está escrito … etc.—Así se llama al Antiguo Testamento, siendo todo él la ley de Dios. Compárese la cita tocante a los Salmos en la que se les llama la “ley,” Juan 10:34. Aquí la cita es de Isaías 28:11, donde Dios virtualmente dice de Israel: Este pueblo no me escucha, aunque les hablo en lengua que bien conocen; por tanto les hablaré en otras lenguas, a saber, en las de los enemigos que enviaré en su contra; pero aun así no me oirán. Este pasaje Pablo lo aplica así: Veis que es un castigo asociado con hombres de lengua extraña, sin embargo, esto lo imponéis a la iglesia [Grocio]. Los que hablan en lenguas extrañas son como “niños” recién “destetados” (Isaías 28:9), con “labios que tartamudean” hablan ininteligiblemente a los oyentes, haciendo un papel ridículo. (Isaías 28:14), balbuceando como ebrios (Hechos 2:13) o “locos” (v. 23).
22. las lenguas por señal son … a los infieles—Pablo raciocina que, según Isaías, las “lenguas” (desconocidas y no interpretadas) no son señal destinada mayormente para los creyentes (si bien en la conversión de Cornelio y los gentiles que estaban con él les fueron concedidas lenguas para confirmarles su fe), sino más bien para condenar a aquellos que, siendo la mayoría, rechazaron la señal y el mensaje que la acompañó como lo hizo Israel en el día de Isaías. Véase “Ni aun así me oirán” v. 21. El término “señal” a menudo tiene el sentido de señal de condenación (Ezequiel 4:3; Mateo 12:39). Puesto que no oirán, tampoco entenderán. la profecía, no a los infieles (incrédulos), sino a los fieles (creyentes)—Es decir. la profecía (predicación) no tiene efecto sobre los que son radical y obstinadamente incrédulos, como Israel (Isaías 28:11), sino sobre los que están listos para creer, (vv. 24, 25; Romanos 10:17), y sobre los ya creyentes para la edificación espiritual de ellos.
23. Si … todas hablan lenguas—Cuantos más estén presentes, y cuantos más hablen en lenguas desconocidas, tanta más será la impresión de parte de los extraños “que entren” de curiosidad (“incrédulos”) o con buena intención (“indoctos”). de que toda la congregación está compuesta de “locos” y fanáticos; y de que “la iglesia es como los edificadores de Babel cuando sobrevino la confusión de lenguas. o como la causa pleitada entre dos sordos ante un juez sordo a que se refiere un epigrama griego.” [Grocio.] y entran indoctos—que tienen algún grado de fe. pero sin dones. [Bengel.]
24. Mas si todos—uno por uno (v. 31). profetizan—Es decir. anuncian la verdad por el Espíritu, inteligiblemente, y no en lenguas que no entienden. y entra algún infiel—Aquí se usa el singular; lo que denota que esta impresión recibiría cualquiera que por casualidad entrara. En el v. 23 se usa el plural: “indoctos o infieles”, indicando que no importando el número, ni uno sacaría algún provecho de las lenguas; antes, el hecho de que son muchos los animaría para rechazar la señal. así como los muchos incrédulos en conjunto se alientan unos a otros en la incredulidad. Es más fácil ganar a las personas individualmente. [Bengel.] de todos es convencido—es redargüido de pecado: como lo será en el día final el que no cree (Juan 16:8) de todos es juzgado—Su carácter secreto queda revelado. “Es escudriñado.” [Alford.] Compárese lo que se dice en cuanto al hombre espiritual (cap. 2:15).
25. Lo oculto de su corazón se hace manifiesto—El ve que su propio carácter íntimo es descubierto por la “espada del Espíritu” (Hebreos 4:12; Santiago 1:23), la palabra de Dios, en la mano del que profetiza. Compárese este mismo efecto producido en Nabucodonosor (Daniel 2:30, Daniel 2:46). Ningún argumento es más fuerte a favor de la verdad de la religión que la manifestación que hace a los hombres del carácter verdadero de ellos mismos. Es por esto que los oyentes, aun en el día de hoy, muchas veces piensan que el predicador les dirige el sermón a ellos particularmente. y así … adorará a Dios—Al fin será convicto de pecado, será juzgado y manifestado a sí mismo. Véase el efecto que se produjo en la mujer de Samaria cuando Jesús le reveló el carácter de ella (Juan 4:19, Juan 4:29). declarando que … Dios está en vosotros—“anunciando” no sólo a los de casa, como lo hizo la samaritana, antes bien, como el griego: “adorará, reconociendo abiertamente”, en aquel momento, “que ciertamente Dios está entre vosotros,” y por inferencia, que el Dios que está entre vosotros es el Dios verdadero.
26-40. LAS REGLAS PARA EL EJERCICIO DE LOS DONES EN LA CONGREGACION.
26. ¿Qué hay pues …?—¿Cuál pues es la regla propia a observarse en cuanto al empleo de los dones? Véase el v. 15, donde se usa el mismo término griego. cada uno de vosotros tiene salmo—extemporáneo, inspirado por el Espíritu, como los cantos de María, de Zacarías, de Simeón y de Ana (Lucas caps. 1 y 2). tiene doctrina—que impartir y exponer. tiene lengua … revelación—Los manuscritos más antiguos trasponen el orden: “revelación … lengua;” “lengua” sigue a “revelación” en orden propio (v. 13). hágase todo para edificación—Esta es la contestación a la pregunta inicial del versículo. Cada uno está bajo la obligación de obedecer las órdenes de su iglesia cuando no sean contrarias a la Escritura. Véase Art. XXXIV, Libro de Oración de la Iglesia Anglicana.
27. si hablare alguno en lengua extraña, sea esto por dos—en cada reunión de la asamblea; no más de dos o tres personas deben hablar en lenguas en cada reunión. mas uno interprete—Uno que tenga el don de la interpretación; sólo uno debe interpretar.
28. si no hubiere intérprete calle—el que habla en lenguas. y habla a sí mismo y a Dios—(comp. vv. 2, 4)—en privado, y no a viva voz ante otros.
29. los profetas hablen dos o tres—en una misma reunión (no agrega “a lo más,” como en el v. 27, por no parecer que desea “apagar la profecía,” el más edificante de los dones) y éstos háganlo “uno por uno, y por turnos (vv. 27, 31). Pablo da aquí reglas para los profetas parecidas a las que dió a los que hablaban en lenguas. los demás juzguen—por el don que tenían de “discernir espíritus” (cap. 12:10), si la persona que profetizaba hablaba en verdad bajo la influencia del Espíritu (comp. cap. 12:3; 1 Juan 4:1).
30. Y si a otro … fuere revelado—Léase: “Pero si a otro” que está sentado (un oyente) fuere hecha revelación. calle el primero—Calle aquel que había hablado anteriormente y había venido a la asamblea provisto de una previa revelación de Dios (lo cual era muy común en aquel entonces v. 26) y ceda el lugar a aquel de la asamblea que sea movido a profetizar por una repentina revelación del Espíritu.
31. Porque podéis todos profetizar—si así lo deseáis. “uno por uno,” cediendo el lugar el uno al otro. Este “porque” justifica el precepto (v. 30), “calle el primero.”
32. Y los espíritus … etc.—Siguiendo lo dicho en el v. 31: “podéis todos profetizar uno por uno,” esto es, sin tener que hablar todos juntos; “y los espíritus de los profetas” o sea, vuestros propios espíritus, movidos por el Espíritu Santo, no son instigados tanto por él como para dejar de estar dominados por vuestros mismos espíritus; pueden, si quieren, escuchar a otros, y si no exigen que ellos solos sean oídos en las comunicaciones de parte de Dios.
33. En todas las iglesias de los santos, Dios es un Dios de paz; no permitáis que nadie de entre vosotros suponga que es un Dios de confusión. [Alford.] Compárese el mismo argumento en el cap. 11:6. Lachmann y otros colocan un punto final después de “paz”, y conectan lo que sigue, en esta forma: “Como en todas las iglesias de los santos, vuestras mujeres callen en las congregaciones.”
34. Vuestras mujeres callen … estén sujetas—(1 Timoteo 2:11). El que las mujeres hablasen en público sería un acto de independencia, como si no estuviesen sujetas a sus maridos (comp. cap. 11:3; Efesios 5:22; Tito 2:5; 1 Pedro 3:1). como … la ley dice—Término que se aplica a todo el Antiguo Testamento; aquí, a Génesis 3:16.
35. si quieren aprender alguna cosa, etc.—Podrán decir las mujeres: “Pero si no entendemos alguna cosa, ¿no podemos hacer la pregunta en público para poder aprender?” No; responde Pablo. Si deseáis información, “preguntad,” no en público, sino “en casa;” no a otros hombres, sino a vuestros respectivos maridos (esta es la idea en griego.) deshonesta cosa—Es decir, “indecorosa.”
36. Qué, ¿ha salido de vosotros la Palabra de Dios?—¿Estáis por obedecerme? o, ¿Creéis que vuestro juicio sea superior al de las demás iglesias? ¿Pretendéis que vuestra iglesia sea la primera de donde haya salido la palabra del evangelio, y que vosotros debéis dar la ley a todas las demás? ¿O sois vosotros los únicos a quienes haya venido?
37. Si alguno … es profeta—Pertenece a esta clase o espiritual—Es espiritualmente dotado. Los seguidores de Apolos se jactaban de ser “espirituales” (cap. 3:1-3; véase Gálatas 6:1). Aquí el término “espiritual” significa uno capaz de discernir espíritus. lo que os escribo … son mandamientos del Señor—Una declaración directa de la inspiración de los escritos de Pablo. Las palabras de Pablo, en su carácter de apóstol, son palabras de Cristo. San Pablo apela no meramente a uno o dos, sino a todo un cuerpo de hombres, a favor de la realidad de tres hechos acerca de los cuales no podría equivocarse ningún cuerpo de hombres. (1) Que el haber sido convertidos por la instrumentalidad del apóstol, no se debió a la mera elocuencia, sino a la “demostración del Espíritu y de poder;” (2) que parte de esta demostración consistía en la comunicación de un poder milagroso, el cual ellos mismos estaban entonces ejerciendo tan generalmente que era necesario que se les corrigiera en cuanto al uso irregular de él; (3) que entre estos dones milagrosos había uno que hacía posible que el “profeta” o el “espiritual” decidiera si la Epístola de San Pablo era Escritura inspirada divinamente o no. El no podría haber escrito así, a menos que los hechos fuesen notoriamente verdaderos; porque él asume, al escribirles, que son conscientemente conocidos por toda la iglesia. [Hinds. sobre Inspiración.]
38. Mas el que ignora—tercamente; no queriendo reconocer estos mandamientos ni la autoridad apostólica con que han sido impuestos. ignore—Que se quede entregado a su ignorancia El sufrirá las consecuencias. Creo que sería pérdida de tiempo el decir algo más para convencerlo. Este argumento probablemente tendría peso para los corintios, quienes se admiraban del “conocimiento” como tal.
39. procurad profetizar—“anhelad.” Expresión más fuerte que el “no impidáis …” y que demuestra en cuánto más estimaba la “profecía” que las “lenguas.”
40. Empero hágase todo decentemente y con orden—Este versículo está conectado con el v. 39: “Pero (mientras que anheláis profetizar y no prohibís las lenguas) que todo sea hecho decentemente …” “El gobierno eclesiástico es la mejor seguridad para la libertad cristiana.” [J. Newton.] Comp. vv. 23, 26-33.)