2 Reyes 17:1-41

1 En el año doce de Acaz, rey de Judá, comenzó a reinar Oseas hijo de Ela sobre Israel en Samaria, y reinó nueve años.

2 Él hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, aunque no como los reyes de Israel que habían reinado antes de él.

3 Salmanasar, rey de Asiria, subió contra él, y Oseas fue hecho su siervo y le pagaba tributo.

4 Pero el rey de Asiria descubrió que Oseas conspiraba, porque este había enviado mensajeros a So, rey de Egipto, y porque no había pagado el tributo anual al rey de Asiria. Por ello el rey de Asiria lo detuvo y lo metió preso en una cárcel.

5 Después el rey de Asiria invadió todo el país. Subió contra Samaria y la sitió durante tres años.

6 En el noveno año de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, llevó cautivos a los israelitas a Asiria y los estableció en Halaj y en el Habor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos.

7 Esto aconteció porque los hijos de Israel pecaron contra el SEÑOR su Dios, que los había sacado de la tierra de Egipto, del poder del faraón, rey de Egipto, y porque veneraron a otros dioses.

8 También anduvieron según las prácticas de las naciones que el SEÑOR había echado de delante de los hijos de Israel, y en las que establecieron los reyes de Israel.

9 Los hijos de Israel hicieron secretamente cosas no rectas contra el SEÑOR su Dios; se edificaron lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de los centinelas hasta las ciudades fortificadas.

10 Se erigieron piedras rituales y árboles rituales de Asera sobre toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso.

11 Quemaron allí incienso en todos los lugares altos, así como las naciones que el SEÑOR había desterrado de delante de ellos. Hicieron cosas malas provocando a ira al SEÑOR,

12 pues rindieron culto a los ídolos, acerca de los cuales el SEÑOR les había dicho: “Ustedes no harán tal cosa”.

13 El SEÑOR advertía a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: “Vuélvanse de sus malos caminos y guarden mis mandamientos y mis estatutos, conforme a toda la ley que mandé a sus padres y que les envié por medio de mis siervos los profetas”.

14 Pero ellos no obedecieron, sino que endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en el SEÑOR su Dios.

15 También desecharon sus leyes y el pacto que él había hecho con sus padres, y sus amonestaciones con que los había amonestado. Fueron tras la vanidad y se hicieron vanos. Imitaban a las naciones que estaban a su alrededor, de las cuales el SEÑOR les había mandado no actuar como ellas.

16 Abandonaron todos los mandamientos del SEÑOR su Dios, se hicieron dos becerros de fundición y un árbol ritual de Asera, se postraron ante todo el ejército de los cielos y sirvieron a Baal.

17 Hicieron pasar por fuego a sus hijos y a sus hijas, practicaron los encantamientos y las adivinaciones, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocándolo a ira.

18 Por tanto, el SEÑOR se enojó en gran manera contra Israel, y los quitó de su presencia. No quedó sino solo la tribu de Judá.

19 Pero tampoco Judá guardó los mandamientos del SEÑOR su Dios, sino que anduvieron en las prácticas que Israel había establecido.

20 El SEÑOR desechó a toda la descendencia de Israel. Los afligió y los entregó en mano de saqueadores, hasta echarlos de su presencia.

21 Cuando arrancó a Israel de la casa de David, proclamaron rey a Jeroboam hijo de Nabat; pero Jeroboam apartó a Israel de seguir al SEÑOR y los hizo cometer un gran pecado.

22 Los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados que cometió Jeroboam, sin apartarse de ellos,

23 hasta que el SEÑOR quitó a Israel de su presencia, como lo había dicho por medio de todos sus siervos los profetas. E Israel fue llevado cautivo de su tierra a Asiria, hasta el día de hoy.

24 El rey de Asiria trajo gentes de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim; y las estableció en las ciudades de Samaria en lugar de los hijos de Israel. Ellas tomaron posesión de Samaria y habitaron en sus ciudades.

25 Y aconteció, cuando comenzaron a habitar allí, que como no reverenciaban al SEÑOR, envió el SEÑOR contra ellas leones que las mataban.

26 Entonces ellas enviaron a decir al rey de Asiria: “Las gentes que tú trajiste cautivas y estableciste en las ciudades de Samaria no conocen la costumbre del dios del país, y él ha enviado leones contra ellas. Y he aquí que las matan, porque no conocen la costumbre del dios del país”.

27 El rey de Asiria mandó decir: “Lleven allí a uno de los sacerdotes que trajeron cautivos de allá. Que vaya y habite allí, y que les enseñe la costumbre del dios del país”.

28 Entonces fue uno de los sacerdotes que habían sido llevados cautivos de Samaria y habitó en Betel. Él les enseñó cómo debían reverenciar al SEÑOR.

29 Pero cada pueblo seguía haciendo sus propios dioses y los ponía en los santuarios de los lugares altos que habían hecho los de Samaria. Cada pueblo hizo así en la ciudad donde habitaba.

30 Los hombres de Babilonia hicieron una imagen de Sucot-benot; los de Cuta hicieron una imagen de Nergal; los de Hamat hicieron una imagen de Asima;

31 los aveos hicieron imágenes de Nibjaz y de Tartac; y los de Sefarvaim quemaban a sus hijos en el fuego en honor de Adramelec y Anamelec, dioses de Sefarvaim.

32 También temían al SEÑOR e hicieron para sí, de entre ellos mismos, sacerdotes de los lugares altos, que oficiaban por ellos en los santuarios de los lugares altos.

33 Temían al SEÑOR, pero servían a sus dioses, según las prácticas de los pueblos de donde habían sido trasladados.

34 Hasta el día de hoy persisten en sus prácticas antiguas: No temen al SEÑOR; no actúan conforme a sus estatutos ni a sus decretos ni conforme a la ley y los mandamientos que el SEÑOR mandó a los hijos de Jacob, a quien puso por nombre Israel,

35 y con quienes el SEÑOR hizo un pacto y les mandó diciendo: “No temerán a otros dioses ni los adorarán ni les servirán ni les ofrecerán sacrificio.

36 Más bien, al SEÑOR, que los sacó de la tierra de Egipto con gran poder y con brazo extendido, a él temerán, a él adorarán y a él ofrecerán sacrificios.

37 Cuidarán siempre de poner por obra los estatutos, los decretos, la ley y los mandamientos que escribió para ustedes; y no temerán a otros dioses.

38 No olvidarán el pacto que hice con ustedes ni temerán a otros dioses.

39 Solo teman al SEÑOR su Dios, y él los librará de mano de todos sus enemigos”.

40 Pero ellos no escucharon; antes bien, hicieron según su antigua costumbre.

41 Así aquellos pueblos temían al SEÑOR, y al mismo tiempo rendían culto a sus imágenes. Lo mismo hicieron sus hijos y los hijos de sus hijos; como hicieron sus padres, así hacen ellos hasta el día de hoy.

REINADO MALVADO DE OSEAS.

1. En el año duodécimo de Achaz rey de Judá, comenzó a reinar Oseas—Lo dicho en cap. 15:30 concuerda con este pasaje de la manera siguiente: Oseas conspiró contra Peka en el año vigésimo de éste, el cual era el décimo octavo del reinado de Jotam. Pasaron dos años antes que Oseas fuese reconocido como rey de Israel, es decir, en el año cuarto de Acaz, y el duodécimo de Jotam. En el año duodécimo de Acaz, su reinado empezó a ser tranquilo y próspero. (Calmet).

2. hizo lo malo en ojos de Jehová, aunque no como los reyes de Israel—Distinto de sus predecesores desde el tiempo de Jeroboam, Oseas no estableció los ritos de Baal, ni obligaba al pueblo a adherirse al culto simbólico de los becerros. Pero, aunque, en estos sentidos, Oseas obraba como era propio de un rey constitucional de Israel, sin embargo, por la influencia de los diez y nueve príncipes que gobernaron antes de él, todos los cuales habían sido protectores de la idolatría, y muchos de ellos habían sido infames por sus crímenes personales, toda la nación había llegado a ser tan corrompida, que el justo juicio de un Dios airado la amenazaba.

3. Contra éste subió Salmanasar—O, Salmán (Oseas 10:14), el mismo como el Sargón de Isaías. Muy recientemente el nombre de este rey asirio ha sido encontrado en los monumentos de Nínive, como ocupado en una expedición contra el rey de Samaria, cuyo nombre, aunque mutilado, el Coronel Rawlinson lo lee como Oseas.

4. halló que Oseas hacía conjuración—Después de pagar tributo durante varios años, Oseas, resuelto a romper el yugo asirio, retuvo el tributo estipulado; y Salmanasar irritado por esta rebelión, declaró la guerra contra Israel. Esto fué en el año seis del reinado de Oseas. había enviado embajadores a So, rey de Egipto—el Sabaco de los historiadores clásicos, un etíope famoso que por cincuenta años ocupó el trono egipcio, y por cuya ayuda Oseas esperaba resistir los ataques del vencedor asirio que los amenazaban. Pero Salmanasar, marchando contra él, recorrió todo el país, sitió a Samaria la capital, y se llevó a los habitantes principales a cautiverio en su propio país, y habiendo tomado al rey mismo, lo hizo prisionero por toda la vida. La antigua política de transplantar pueblos conquistados a tierras extranjeras, se fundó en la idea de que, entre una multitud mezclada, con diferentes idiomas y religión, quedarían mejor bajo sujeción, y tendrían menos oportunidad para combinarse para conseguir su independencia.

6. trasportó a Israel—es decir, las tribus restantes (véase cap. 15:29). y púsolos, etc.—Este pasaje Gesenius lo traduce así: “y los puso en Hala, y sobre el Habor, un río de Gozán, y en las ciudades de los medos”. Hala, la misma que Cala (Génesis 10:11), en la región del río Laycus, o Zab, como camino de un día desde las ruinas de Nínive. Habor es un río, y es notable que haya un río que nace en las tierras montañosas de Asiria que retiene este nombre, Khabour, sin cambiar hasta hoy, Gozán (dehesa) o Zozán, son las tierras altas de Asiria, que proveen pastos. La región en que nacen los ríos Habor y Zab, y por donde corren, es peculiarmente de este carácter. Los nestorianos van allá con sus numerosos rebaños, pasando el verano sobre las riberas o en las tierras altas del Habor o Zab. Teniendo en cuenta la alta autoridad que poseemos para considerar Gozán y Zozán como un solo nombre, no puede haber duda de que es el mismo Gozán mencionado en este pasaje. ciudades de los medos—“aldeas” según las Versiones Siriaca y Vulgata, o “montañas” según la Septuaginta. Como se habían rebelado los habitantes medos de Gozán, fueron destruídos por los reyes de Asiria, y nada había más natural que el que los asirios quisiesen poner allá un pueblo industrioso, como los cautivos israelitas, pues era muy apto para su vida pastoril. (Grant’s Nestorians).

5-41. SAMARIA ES TOMADA, E ISRAEL POR SUS PECADOS ES LLEVADO CAUTIVO.

7. Porque como los hijos de Israel pecasen—Aquí se da una vindicación completa e impresionante de la manera divina de proceder al castigar a su pueblo tan privilegiado, pero rebelde y apóstata. No hay que extrañarse de que en una perversión tan grosera del culto del Dios verdadero, y la tendencia nacional de reverenciar a los ídolos, la paciencia divina se agotara; y que el Dios a quien ellos habían abandonado, les permitiera ir al cautiverio, para que aprendiesen la diferencia entre el servicio a él, y a sus conquistadores despóticos.

24. trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, etc.—Este no era Salmanasar, sino Esar-haddón (Esdras 4:2). Los lugares dejados vacíos por los israelitas cautivos, ordenó que fuesen ocupados por varias colonias de sus súbditos, propios de Babilonia y otras provincias. de Cutha—La forma caldea de Cush o Susiana, hoy Khusistán. Ava—Se supone que sea Ahivaz, situada sobre el río Karuns, que desemboca en el Golfo Pérsico. Hamath—Sobre el Orontes. Sepharvaim—Sifara, ciudad sobre el Eufrates río arriba de Babilonia. púsolos en las ciudades de Samaria, etc.—No hay que suponer que todos los israelitas fuesen trasladados. Un grupo fué dejado, mayormente, sin embargo, de las clases bajas y pobres, con quienes estos colonos extranjeros se mezclaban; de modo que el carácter predominante de la sociedad alrededor de Samaria era pagano y no israelita; proque los colonos asirios vinieron a ser dueños de la tierra; y al formar matrimonios con los judios restantes, los habitantes vinieron a ser una raza mestiza, y no más el pueblo de Efraim (Isaías 7:6), quienes, imperfectamente instruídos en la religión de los judíos, adquirieron una doctrina mestiza. Como eran demasiado pocos para llenar la tierra, los leones, por los cuales la tierra había sido infestada (Jueces 14:5; 1 Samuel 17:34; 1 Reyes 13:24; 1 Reyes 20:36), se multiplicaron y cometían frecuentes asolamientos entre ellos. Reconociendo en estos ataques un juicio de parte del Dios de la tierra, a quien no habían rendido culto, pidieron a la corte asiria que les enviara algunos sacerdotes judíos que los instruyeran en la manera correcta de adorarle. El rey, respondiendo a su pedido, les envió uno de los sacerdotes desterrados de Israel, quien se estableció en Beth-el, y les enseñó cómo debían temer al Señor. No se dice que él haya llevado consigo un ejemplar del Pentateuco, de acuerdo con el cual les enseñaría. La enseñanza oral era más apropiada para la gente supersticiosa que la instrucción de un libro escrito. Les enseñaría más eficazmente por la palabra hablada. Creyendo que adoptaría el método mejor y más sencillo para ellos, es improbable que haya llevado la ley escrita, y así dió origen al ejemplar samaritano del Pentateuco. (Davidson’s Criticism). Además, es evidente por el hecho de que era uno de los sacerdotes desterrados y que se asentara en Bethel, que no era levita, sino uno de los sacerdotes adoradores del becerro, y, por consiguiente, sus enseñanzas no serían ni sanas ni eficaces.

29. Mas cada nación se hizo sus dioses—Estos colonos asirios, sin embargo, enseñados en el culto, y reconociendo la existencia del Dios de Israel, no suponían que fuese el único Dios. Como otros paganos, ellos combinaron el culto a Dios con el de sus propios dioses, y como formaban una sociedad mezclada confusamente de diferentes provincias o naciones, se conocía entre ellos una variedad de ídolos.

30. Succoth-benoth—eso es, las “tiendas de las hijas”, similares a aquellas en que las doncellas babilonias celebraban ritos impuros (Amós 2:8). Nergal—Los escritores judíos dicen que este ídolo era en forma de un gallo; frecuentemente el gallo está asociado con el sacerdote en los monumentos asirios. (Layard). Pero críticos modernos, considerando el carácter astrológico de la idolatría asiria, generalmente consideran a Nergal como el planeta Marte, el dios de la guerra. El nombre de este ídolo formaba parte del nombre de los príncipes del rey de Babilonia (Jeremias 39:3). Asima—Un ídolo bajo la forma de una cabra completamente pelona.

31. Nibhaz—Bajo la forma de un perro; aquella forma egipcia de culto al animal prevalecía en la antigua Siria, como es evidente por la imagen de un perro grande a la boca del Nahr-el-Kelb, o Río del Perro. Tharthac—según los rabinos, era en forma de un asno, pero otros lo entienden como un planeta de mal agüero, probablemente Saturno. Adramelech—Considerado por algunos como el mismo Moloc, y en la mitología asiria representa el sol. Era adorado en la forma de una mula; otros creen que en forma de pavo real. Anamelech—Adorado en forma de una liebre; otros dicen, en forma de cabra.

34. Hasta hoy—El tiempo del cautiverio babilónico, cuando fué escrito este libro. Su religión era una mezcolanza extraña de servicio a Dios y servicio a los ídolos. Tal fué la primera colonia del pueblo, más tarde llamados samaritanos, quienes fueron enviados desde Asiria para colonizar la tierra, cuando fué destruído el reino de Israel, después de haber continuado 356 años.

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