Eclesiastés 11:1-10
1 Echa tu pan sobre las aguas, porque después de muchos días lo volverás a encontrar.
2 Reparte a siete, y también a ocho; porque no sabes qué mal vendrá sobre la tierra.
3 Si las nubes se recargan de agua, derramarán lluvia sobre la tierra. Y si el árbol cae hacia el sur o hacia el norte, en el lugar donde caiga, allí quedará.
4 El que observa el viento no sembrará, y el que se queda mirando las nubes no segará.
5 Como tú no comprendes cómo entra el espíritu a los huesos en el vientre de la mujer encinta, así no comprenderás la obra de Dios quien hace todas las cosas.
6 En la mañana siembra tu semilla y por la tarde no dejes reposar tu mano; porque tú no sabes cuál será mejor, si esto o lo otro, o si ambas cosas son igualmente buenas.
7 Agradable es la luz y bueno es a los ojos ver el sol.
8 Si el hombre vive muchos años, alégrese en todos ellos; pero traiga a la memoria los días de las tinieblas que serán muchos. Todo lo que habrá ocurrido es vanidad.
9 Alégrate, joven, en tu adolescencia, y tenga placer tu corazón en los días de tu juventud. Anda según los caminos de tu corazón y según la vista de tus ojos, pero ten presente que por todas estas cosas Dios te traerá a juicio.
10 Quita, pues, de tu corazón la ansiedad y aleja de tu cuerpo el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
CAPITULO 11
1. El v. 2 demuestra que aquí se inculca la caridad. pan—Como en el Padre nuestro, todo lo necesario para el cuerpo y alma. Salomón vuelve al sentimiento (cap. 9:10). aguas—figura sacada de la costumbre de echar la semilla desde botes sobre las aguas desbordadas del Nilo. o bien, sobre terrenos pantanosos. Tras el reflujo de las aguas, el grano brotaba del aluvión (Isaías 32:20). “Aguas” expresa multitudes; como el v. 2 (“a siete, y aun a ocho”); Apocalipsis 17:15; también el carácter al parecer sin esperanza de los recipientes de la caridad; pero será comprobado al fin que no ha sido tirado (echado) (Isaías 49:4).
2. Reparte—de tu pan. siete—el número perfecto. ocho—aun más que siete, eso es, a muchísimos (como “aguas”, en el v. 1); sí, a los muchos necesitados (Job 5:19; Miqueas 5:5). el mal—puede que esté cerca el día cuando tú necesitarás el socorro de aquellos que han sido ligados a ti por tus bondades (Lucas 16:9). Es el mismo argumento que usan los avaros en contra de la liberalidad (a saber, que pueden venir días difíciles), los sabios lo usan en favor de ella.
3. nubes—corresponde a “mal” (v. 2), y significa: Cuando estén maduros los tiempos del mal, el mal debe sobrevenir; la especulación anterior acerca de él, a modo de evitar que uno siembre la semilla de la liberalidad, es vana (v. 4). árbol—una vez desarraigado, yace o hacía el norte o hacia el sur, según haya caído. Así el carácter del hombre es inmutable, ya sea para el infierno o para el cielo, el día que la muerte lo alcanza (Apocalipsis 22:11, Apocalipsis 22:14).
4. Por tanto siembra tu caridad en fe, sin vacilación ni especulaciones acerca de los resultados, porque éstos podrán parecer no tan prometedores, (cap. 9:10). Así en el v. 1, se manda al hombre “echar su grano para pan” sobre las “aguas” de tan poca promesa aparentemente (Salmo 126:5). Saldría muy mal el agricultor que, en vez de sembrar y segar, pasara el tiempo mirando el viento y las nubes.
5. viento—más probable, el espíritu, cómo da vida al cuerpo. Así la transición a la idea de la formación del cuerpo en la matriz es más natural de lo que sería traduciéndolo, como Maurer, por viento (cap. 1:6; Juan 3:8). se crían los huesos—(Job 10:8; Salmo 139:15.) ignoras la obra de Dios—(caps. 3:11; 8:17; 9:12.)
6. mañana … tarde—temprano y tarde; cuando jóvenes y cuando viejos; al sol y bajo las nubes. simiente—de obras piadosas (Oseas 10:12, 2 Corintios 9:10; Gálatas 6:7). cuál … mejor—o bien, cuál prosperará (Isaías 55:10). ambas a dos—lo que se siembra, prometedor o lo contrario, puede ser que lleve buen fruto en otros; sin duda lo llevará para el sembrador fiel.
7. luz—la luz de la vida (cap. 7:11; Salmo 49:19). La vida es agradable, mayormente a los piadosos.
8. Pero aun cuando el hombre agradecido goce de la vida, que se acuerde que no dura para siempre. Los “muchos días de las tinieblas,” es decir, del mundo invisible (Job 10:21; Salmo 88:12), también días de “males” en este mundo (v. 2) han de venir; por tanto que se siembre la buena simiente mientras dure la vida y los días buenos, que no nos sobran para llevar a cabo los deberes de la vida. lo que le habrá pasado—es decir, todo lo que sigue en los días malos y de tinieblas es (será) vanidad, en cuanto concierne a la obra que es para Dios (cap. 9:10).
9. alégrate—no es consejo, sino advertencia. Así mismo, 1 Reyes 22:15 es ironía; si te alegras (carnalmente, caps. 2:2; 7:2, no con moderación, como en el cap. 5:18), etc., entonces “sabe que … te traerá Dios a juicio” (caps. 3:17; 12:14). mocedad … juventud—vocablos hebreos distintos: la adolescencia, y la juventud en pleno desarrollo. Indica el progreso gradual en los placeres físicos, tentaciones a las que la juventud fácilmente cede; ven las rosas, mas no descubren las espinas, hasta ser pinchados por ellas. La religión exige la abnegación, pero la falta de ella resulta mucho más cara (Lucas 14:28).
10. el enojo—o tristeza, resultante de las concupiscencias, en contraste con el “alégrate,” y “tome placer” (v. 9 margen): “enojo.” Si es “enojo”, corresponde a “caminos de tu corazón” (v. 9), provocación. “Quita …,” en oposición a “anda en” ellos (v. 9). carne—el órgano físico por el cual los pensamientos del “corazón” se realizan en hechos. mocedad—como en el v. 9. Motivo para la continencia; día vendrá cuando el vigor de la juventud, en el que tanto confías, perecerá vano, salvo en cuanto haya sido consagrado a Dios (Lucas 12:1). juventud—Lit., el amanecer de tus días.