Ezequiel 19:1-14
1 “Entona tú un lamento por los gobernantes de Israel,
2 y di: “‘¡Qué madre la tuya! Era una leona en medio de los leones. Tendida entre los leoncillos criaba sus cachorros.
3 Enalteció a uno de sus cachorros, el cual se hizo león. Aprendió a arrebatar la presa y devoró hombres.
4 Las naciones oyeron de él, y fue cazado en la trampa de ellas. Y lo llevaron con ganchos a la tierra de Egipto.
5 “‘Al ver que había aguardado demasiado, y que se había perdido su esperanza, tomó a otro de sus cachorros y lo puso por león.
6 Él merodeaba entre los leones y se hizo león. Aprendió a arrebatar la presa y devoró hombres.
7 Arruinó sus palacios y asoló sus ciudades. Quedó desolada la tierra y su plenitud a causa del ruido de sus rugidos.
8 Entonces arremetieron contra él las gentes de las provincias de alrededor. Extendieron sobre él su red, y fue cazado en la trampa de ellas.
9 Con ganchos lo pusieron en una jaula y lo llevaron al rey de Babilonia. Lo metieron en la prisión, para que su voz ya no fuera oída sobre los montes de Israel.
10 “‘Tu madre era como una vid en tu viña plantada junto a las aguas. Era fructífera y llena de ramas a causa de la abundancia de aguas.
11 Ella tenía varas fuertes para cetros de gobernantes. Se elevó su estatura hasta las nubes; se hizo visible por su altura y por la abundancia de sus ramas.
12 Pero con ira fue arrancada y derribada a tierra. El viento del oriente secó su fruto; sus varas fuertes fueron quebradas y se secaron. El fuego las consumió.
13 Ahora está trasplantada en el desierto, en una tierra reseca y sedienta.
14 Y ha salido fuego de la vara de sus renuevos, el cual consumió su fruto. En ella no ha quedado una vara fuerte, un cetro para gobernar’ ”. Este es un lamento, y como lamento servirá.
CAPITULO 19
Vv. 1-14. UNA ELEGIA SOBRE LA CAIDA DE LA CASA DE DAVID. Hay una antítesis tácita entre esta lamentación y la de los judíos por sus propias miserias, las causas de las cuales, sin embargo, ellos no buscaban.
1. príncipes de Israel—es decir, de Judá, cuyos “príncipes” solos eran reconocidos por la profecía; los de las diez tribus eran, respecto a la teocracia, usurpadores.
2. tu madre—la madre de Joaquín, el representante de la línea davídica en el destierro con Ezequiel. La “madre” es Judea: “una leona”, por ser cruel en cazar la presa (v. 3), refiriéndose a sus prácticas paganas. Jerusalén era llamada Ariel (el león de Dios) en un sentido bueno (Isaías 29:1); y Judá “cachorro de león” (Génesis 49:9), a lo cual, como también a Números 23:24; Números 24:9, hace referencia este pasaje. se echó entre los leones—ella misma se había echado entre leones, es decir, había tenido trato con las corrupciones de los paganos vecinos, y había criado a sus hijos reales de la misma manera: completamente degenerados de la estirpe de Abraham.
3. leoncillo—Joacaz, hijo de Josías, llevado cautivo desde Ribla a Egipto por Faraón-necao (2 Reyes 23:33).
4. Las gentes—Egipto, en el caso de Joacaz, quien probablemente provocó a Faraón en tratar de vengarse de la muerte de su padre atacando las ciudades linderas de Egipto (2 Reyes 23:29). con el lazo de ellas—o “en el hoyo”; que cavaban para cazar fieras (Jeremias 22:11). grillos—o ganchos, que se metían en las narices de animales feroces (véase Nota, v. 9).
5. viendo ella que había esperado … y que se perdía su esperanza—es decir, que su larga esperanza había sido frustrada, porque Joacaz no le era restituído desde Egipto. tomó otro de sus cachorros—Joacim. hermano de Joacaz, quien fué puesto en el trono por Faraón (2 Reyes 23:34), según el deseo de Judá.
6. andaba entre los leones—imitaba los atrevimientos y tiranías de los reinos vecinos (Jeremias 22:13). aprendió a hacer presa—haciendo maldad, satisfaciendo sus pasiones por las opresiones (2 Reyes 23:37).
7. conoció sus viudas—el hebreo dice “viudas”, por “palacios enviudados” (Isaías 13:22). Tomó como suyos los palacios, los que “asoló”. Vatablo (a quien sigue Fairbairn) explica: “El conoció carnalmente a las viudas de los que él había devorado” (v. 6). Pero así la metáfora y lo literal se mezclarían: el león se representa como conociendo a las viudas. La realidad, sin embargo, a menudo en otros lugares, se asoma por el velo. su abundancia—todo lo que contenía, sus habitantes.
8. las gentes—los caldeos, sirios, Moab y Ammón (2 Reyes 24:2).
9. con cadenas—(2 Crónicas 36:6; Jeremias 22:18). En el margen, “ganchos”; tal vez refiriéndose al gancho a menudo pasado por la nariz de las bestias; así también por la de los cautivos, como se ve en las esculturas (asirias v. 4). su voz—sus rugidos. no se oyese más sobre los montes—siguiendo con la metáfora del león, cuyos rugidos en las montañas espantan a los demás animales. La insolencia del príncipe, de ninguna manera disminuída aunque su reino estaba debilitado, ahora había de cesar.
10. Una metáfora nueva, tomada de la vid, la principal planta que lleva fruto, así como el león lo es de los animales de presa (véase cap. 17:6). en tu sangre—“plantado cuando estabas en tu sangre”, es decir, en tu misma infancia; como en 16:6, cuando acababas de salir de la matriz, y todavía no estaba lavada la sangre de ti. Los judíos en primer término fueron plantados en Canaán para echar raíces allí. [Calvino.] Grocio traduce como en el margen, “en tu quietud”, cuando Judá todavía no había caído en sus dificultades actuales. Nuestra versión es mejor. Glassio lo explica bien, reteniendo la metáfora, la cual la explicación de Calvino viola, “en la sangre de tus uvas”, en su pleno poder, como el vino rojo es la fuerza de la uva. Evidentemente se alude a Génesis 49:11. muchas aguas—la tierra bien regada de Canaán.
11. varas fuertes—príncipes de la casa real de David. La vid hizo brotar sus ramas, como tantos cetros, que no se arrastraban sobre la faz de la tierra como muchas vides, sino que formaban parrales. La mención de su real dignidad anterior, en triste contraste con su actual estado de ruina, haría recordar a los judíos sus pecados por medio de los cuales ellos habían merecido semejantes juicios. estatura—(Daniel 4:11). por encima entre las ramas—el tronco central de la planta subió más alto “entre sus propias ramas” que lo rodeaban. Emblemático de los números y recursos del pueblo. Hengstenberg traduce: “entre las nubes”. Pero el cap. 31:3, 10, 14, apoya nuestra versión.
12. fué arrancada—no se secaba gradualmente. El trastorno repentino del estado tenía por propósito despertar a los judíos de su embotamiento para ver la mano de Dios en este juicio nacional.
13. está plantada—es decir, trasplantada. Aunque ya “secada” en cuanto a la nación en general, se dice que la vid es “trasplantada”, en cuanto a la misericordia de Dios para con el remanente en Babilonia. en tierra de sequedad—La Caldea era bien regada y fértil; pero se refiere a la condición del pueblo cautivo, y no a la de la tierra.
14. fuego de la vera de sus ramos—El desastre de los judíos había de atribuirse, no tanto a los caldeos como a ellos mismos; el “fuego de la vara” es la ira de Dios encendida por el perjurio de Sedequías (cap. 17:18). “La ira de Jehová” contra Judá se especifica como la causa por la cual se le permitió a Sedequías rebelarse contra Babilonia (2 Reyes 24:20; véase Jueces 9:15). trayendo así a Nabucodonosor contra Jerusalén. no … vara fuerte, cetro para enseñorear—Desde ahora ningún rey de la estirpe de David gobernará a la nación. Por lo menos, mientras el “Señor no enviara la vara de su fortaleza (el Mesías, Salmo 110:2; Isaías 11:1) de Sión”, a reinar primero como rey espiritual, y después como rey literal. de endecha servirá—parte de la endecha (en cuanto a Joacaz y Joaquín) era ya asunto de historia pasada; parte (respecto a Sedequías) había de cumplirse todavía; o, esta profecía es causa de lamentaciones, y también lo será hasta los descendientes más lejanos.