Ezequiel 43:1-27

1 Luego me condujo a la puerta que da al oriente,

2 y he aquí que la gloria del Dios de Israel venía desde el oriente. Su estruendo era como el estruendo de muchas aguas, y la tierra resplandecía a causa de su gloria.

3 La visión que vi era como aquella visión que había visto cuando él vino para destruir la ciudad y como la visión que había visto junto al río Quebar. Y caí postrado sobre mi rostro.

4 La gloria del SEÑOR entró en el templo por la puerta que da al oriente.

5 Entonces el Espíritu me levantó y me introdujo al atrio interior. Y he aquí que la gloria del SEÑOR llenó el templo.

6 Entonces oí a alguien que me hablaba desde el templo, mientras un hombre estaba de pie junto a mí.

7 Y me dijo: “Oh hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar de las plantas de mis pies, en el cual habitaré en medio de los hijos de Israel para siempre. Nunca más la casa de Israel, ni ellos ni sus reyes, profanarán mi santo nombre con sus prostituciones ni con los cadáveres de sus reyes, cuando estos mueran,

8 poniendo su umbral junto a mi umbral y sus postes junto a mis postes. Pues habiendo tan solo una pared entre yo y ellos contaminaron mi santo nombre con las abominaciones que hicieron, por lo cual los consumí en mi furor.

9 Ahora, que alejen de mí su prostitución y los cadáveres de sus reyes, y yo habitaré en medio de ellos para siempre.

10 “Y tú, oh hijo de hombre, declara a los de la casa de Israel lo concerniente al templo, y que tomen nota de las dimensiones de su plano, para que se avergüencen de sus pecados.

11 Y si han sido afrentados por causa de todo lo que han hecho, hazles entender los detalles del templo: su disposición, sus salidas, sus entradas y todos sus detalles. Escribe ante su vista todos sus estatutos, todos sus detalles y todas sus instrucciones, para que guarden todos sus detalles y todos sus estatutos y que los pongan por obra.

12 Estas son las instrucciones acerca del templo: Sobre la cumbre del monte, toda el área alrededor será santísima. He aquí, estas son las instrucciones acerca del templo.

13 “Estas son las medidas del altar. Su base será de cincuenta centímetros de alto y de cincuenta centímetros de ancho. La moldura de su borde alrededor será de ocho centímetros. Así será la base del altar.

14 Desde la base sobre el suelo hasta el zócalo inferior tiene un metro y el ancho es de cincuenta centímetros. Desde el zócalo pequeño hasta el zócalo grande hay dos metros y el ancho es de cincuenta centímetros.

15 El arca es de dos metros de alto y sobre el arca hay cuatro cuernos.

16 El arca tiene seis metros de largo por seis metros de ancho. Es un cuadrado con los cuatro lados iguales.

17 El zócalo grande es de siete metros de largo por siete metros de ancho en sus cuatro lados y su moldura alrededor es de veinticinco centímetros. La base es de cincuenta centímetros por todos lados y sus gradas dan al oriente”.

18 Luego me dijo: “Oh hijo de hombre, así ha dicho el SEÑOR Dios, estos son los estatutos del altar para el día en que sea hecho a fin de ofrecer el holocausto sobre él y esparcir sobre él la sangre.

19 A los sacerdotes levitas que son de la descendencia de Sadoc, que se acercan a mí para servirme, darás un novillo para el sacrificio por el pecado.

20 Tomarás parte de su sangre y la pondrás sobre los cuatro cuernos del altar, en las cuatro esquinas del zócalo y alrededor de la moldura. Así lo purificarás del pecado y harás expiación por él.

21 Tomarás luego el novillo para el sacrificio por el pecado y lo quemarás en un lugar destinado para el uso del templo, fuera del santuario.

22 “En el segundo día ofrecerás un macho cabrío sin defecto como sacrificio por el pecado, y purificarán del pecado el altar como lo purificaron con el novillo.

23 Cuando acabes de purificarlo, ofrecerás un novillo sin defecto; y del rebaño, un carnero sin defecto.

24 Los ofrecerás delante del SEÑOR. Los sacerdotes echarán sal sobre ellos, y los ofrecerán en holocausto al SEÑOR.

25 “Durante siete días ofrecerás un macho cabrío cada día, como sacrificio por el pecado. Asimismo, será sacrificado el novillo; y del rebaño, un carnero sin defecto.

26 Durante siete días harán expiación por el altar y lo purificarán; así lo consagrarán.

27 Acabados estos días, a partir del octavo día, los sacerdotes podrán ofrecer sobre el altar los holocaustos y los sacrificios de paz de ustedes; y ustedes serán aceptados por mí”, dice el SEÑOR Dios.

CAPITULO 43

Vv. 1-27. EL REGRESO DE JEHOVA AL TEMPLO. Todo estaba listo ya para su recibimiento. Así como la gloria de la Shekinah fué la distinción peculiar del antiguo templo, así había de ser en el nuevo en un grado tanto más trascendente como las proporciones del nuevo sobrepasaban a las del viejo. El hecho de que la gloria de la Shekinah no estaba en el segundo templo, es prueba de que aquel templo no es el indicado en la profecía.

2. de hacia el oriente—el camino por el cual se había alejado la gloria (cap. 11:22, 23), y descansado sobre el Monte de los Olivos (véase Malaquías 14:4). su sonido … como de muchas aguas—Así nuestra versión correctamente, como cap. 1:24, “la voz del Omnipotente”; Apocalipsis 1:15; Apocalipsis 14:2, lo prueba. No como traduce Fairbairn, “el ruido de ello”. la tierra resplandecía a causa de su gloria—(Apocalipsis 18:1).

3. cuando vine para destruir la ciudad—es decir, para pronunciar la palabra de Dios para su destrucción. Tan completamente se identificaban los profetas con aquél en cuyo nombre hablaban.

6. un varón—el que había estado midiendo los edificios (véase cap. 40:3).

7. el lugar—es decir, he aquí el lugar de mi trono, etc.—el lugar en el cual tus pensamientos han quedado tanto tiempo (Isaías 2:1; Jeremias 3:17; Malaquías 14:16; Malaquías 3:1). Desde el principio Dios se declaraba su Rey tanto política como religiosamente; y había resistido a su deseo de tener un rey humano, como esto daba a entender el rechazo de él como cabeza propia del estado. Aun cuando cedió al deseo del pueblo, lo hizo con protesta contra el que su rey no gobernará sino como su vicerregente. Cuando el Mesías reine en Jerusalén, él realizará entonces por primera vez la idea original de la teocracia, con su rey a la vez divino y humano que reinará en justicia sobre un pueblo del todo justo (v. 12; Isaías 52:1; Isaías 54:13; Isaías 60:21). habitaré entre los hijos de Israel para siempre—(Apocalipsis 21:3).

9. los cuerpos muertos de sus reyes—Se supone que algunos de sus reyes idólatras fueron enterrados dentro de los límites del templo de Salomón. [Henderson.] Más bien, “los cadáveres de sus ídolos”, aquí llamados “reyes”, porque tenían el señorío sobre ellos en tíempos pasados (Isaías 26:13); pero en adelante Jehová, su señor legítimo, será su rey, y los ídolos que habían sido sus “reyes” aparecerían sólo como “cadáveres”. Por esto, estos reyes difuntos son asociados con los “lugares altos” en el v. 7. [Fairbairn.] Levítico 26:30; Jeremias 16:18, confirman esto. Mannasés había construído altares en los atrios del templo a las huestes del cielo (2 Reyes 21:5; 2 Reyes 23:6).

10. muestra a la casa de Israel esta casa, y avergüéncense de sus pecados—Cuando se muestra a los hombres por el Espíritu Santo la espiritualidad del sistema cristiano, esto hace que “se avergüencen de sus pecados”.

12. todo su término … santísimo—Este superlativo, que hasta ahora se había usado exclusivamente respecto al lugar santísimo (Éxodo 26:34), ahora es usado para caracterizar el edificio entero. Esta santidad que por todo penetra, había de ser “la ley de (toda) la casa” distinta de la ley levítica, que limitaba esta santidad peculiar a un solo departamento de ella.

13-17. Se trata de altar de holocaustos, el cual era el medio establecido de acceso a Dios.

15. el altar—Hebreo, “harel”, es decir, “monte de Dios”; lo que indica la alta seguridad que por él se daba al Israel restaurado. Era un lugar alto, pero lugar alto de Dios, y no de ídolos. del altar—lit., “el león de Dios”, Ariel (en Isaías 29:1, “Ariel” se refiere a Jerusalén). Menoquio supone que sobre él estaban tallados cuatro animales: el león tal vez fué el más alto, desde donde habían de salir los cuernos. Gesenio supone que las dos palabras expresan el hogar, o lugar de fuego, del altar.

17. el área—o, una moldura alrededor del altar. [Fairbairn.] sus gradas—más bien, “su subida”, como “escalones” hasta el altar de Dios eran prohibidos en Éxodo 20:26.

18-27. Los sacrificios aquí no son tan sólo los conmemorativos, sino los propiciatorios. Las expresiones “sangre” (v. 18) y “para expiación” (vv. 19, 21, 22), prueban esto. En el sentido literal sólo pueden aplicarse al segundo templo. En la dispensación cristiana se opondrían directamente a la doctrina enseñada en Hebreos 10:1, es decir, que Cristo por su ofrenda, ha hecho expiación por los pecados para siempre. Sin embargo, es posible que ellos existieran con una referencia retrospectiva a los sufrimientos de Cristo, así como los sacrificios levíticos tuvieron una referencia prospectiva a ellos; no propiciatorios en sí, sino como recuerdos para perpetuar la memoria de sus sufrimientos, los cuales forman la base de su reino, para que no se pierdan de vista en la gloria de aquel reino. [De Burgh.] La particularidad de las direcciones hace que sea improbable que hayan de entenderse en un sentido sólo vagamente espiritual.

20. lo limpiarás—lit., “harás expiación por él”.

21. lo quemarás … fuera del santuario—(Hebreos 13:11).

26. por siete días—refiriéndose a las direcciones origínales de Moisés acerca de los servicios de purificación del altar durante siete días (Éxodo 29:37). henchirán sus manos—con ofrenda; refiriéndose al modo de consagrar a los sacerdotes (Éxodo 29:24, Éxodo 29:35).

27. me seréis aceptos—(Cap. 20:40, 41; Romanos 12:1; 1 Pedro 2:5).

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