Isaías 4:1-6
1 En aquel tiempo siete mujeres echarán mano de un hombre y le dirán: “Nosotras comeremos nuestro propio pan y vestiremos nuestras propias ropas; solamente permite que seamos llamadas por tu nombre. Quita nuestra afrenta”.
2 En aquel día el retoño del SEÑOR será hermoso y glorioso, y el fruto de la tierra será el orgullo y el esplendor de los sobrevivientes de Israel.
3 Acontecerá que el que se quede en Sion, como el que sea dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que estén inscritos para la vida en Jerusalén.
4 Así será cuando el Señor lave la inmundicia de las hijas de Sion, y elimine la sangre de en medio de Jerusalén, con espíritu de juicio y con espíritu consumidor.
5 Entonces sobre todo lugar del monte Sion y sobre sus asambleas, el SEÑOR creará nube y humo de día, y resplandor de fuego llameante de noche. Porque sobre todos habrá una cubierta de gloria,
6 y habrá de día un cobertizo para dar sombra ante el calor abrasador, y para refugio y protección de la tormenta y del aguacero.
1. siete—número indefinido entre los judíos. Tantos hombres serían muertos que habría muchas más mujeres que hombres; por ejemplo, siete mujeres, contrariamente a su natural pudor, echarían mano de un hombre (cap. 3:6) para casarse con él. en aquel tiempo—el período calamitoso descrito en el cap. 2. comeremos de nuestro pan—renunciando así a los derechos que la ley concede a las esposas cuando un hombre tiene más de una (Éxodo 21:10). quita nuestro oprobio—de ser solteras y carecer de hijos, lo que mucho se lamentaba entre los judíos, quienes esperaban la “simiente de la mujer”, Jesucristo, descrito en el v. 2; cap. 54:1, 4; Lucas 1:25.
2. En contraste con aquellos que serían objeto de venganza, Jesucristo se manifiesta a los “librados de Israel”, con sus atributos característicos de belleza y gloria, tipificados por los vestidos sagrados de Aarón (Éxodo 28:2). Su santificación les es prometida como resultado de haber sido “inscritos” en el Libro de la Vida por el soberano amor (v. 3); los medios con que esto se efectuará serán el “espíritu de juicio” y de “ardimiento” (v. 4). Se les promete “defenderlos” mediante la especial presencia de Jesucristo (vv. 5, 6). el renuevo—el vástago de Jehová. El Mesías (Jeremias 23:5; Jeremias 33:15; Malaquías 3:8; Malaquías 6:12; Lucas 1:78). La cláusula paralela no se opone a esto, como objeta Maurer; porque “el fruto de la tierra” corresponde a “vástago”; no será un vástago seco, sino uno fructífero (cf. 27:6; Ezequiel 34:23). Es “de la tierra” en cuanto a su nacimiento y muerte, en tanto que también es de Jehová (Juan 12:24). Su nombre, “el Renuevo”, se refiere principalmente a su descendencia de David, cuando la familia de éste era humilde y pequeña (Lucas 2:4, Lucas 2:7, Lucas 2:24); un brote con más gloria que la de David, que brota de un árbol caduco (cap. 11:1; 53:2; Apocalipsis 22:16). para grandeza—(Hebreos 1:4; Hebreos 8:6). honra—(Cantares de los Cantares 5:15; Ezequiel 16:14). a los librados de Israel—el residuo elegido (Romanos 11:5); (1) en el regreso de Babilonia; (2) en el escape de la destrucción de Jerusalén por Tito; (3) en el asalto, todavía futuro, de Jerusalén y la liberación de la “tercera parte”; sucesos recíprocamente análogos, a semejanza de círculos concéntricos (Malaquías 12:2; Malaquías 13:8; Malaquías 14:2; Ezequiel 39:23; Joel 3).
3. dejado en Jerusalem—equivalente a los “librados de Israel” (v. 2). será llamado—(cap. 9:6). santo—(cap. 52:1; 60:21; Apocalipsis 21:27). escritos—en el libro de la vida simbólicamente (Filipenses 4:3; Apocalipsis 3:5; Apocalipsis 17:8). Principalmente, en el registro conservado por las familias de Israel y las tribus. los vivientes—no borrados del registro como si estuvieran muertos, sino inscritos en él como entre “los librados de Israel” (Daniel 12:1; Ezequiel 13:9). Esta alusión especial aquí atañe más bien a los electos de Israel que a los salvos en general (Joel 3:17).
4. Cuando—esto es, después. lavare—(Malaquías 13:1). inmundicias—morales (cap. 1:21-25). hijas de Sión—lo mismo que en el cap. 3:16. limpiare—purificare mediante juicios que destruyen a los impíos, y corrigen y refinan a los píos. las sangres—(cap. 1:15). con espíritu—lo que Dios hace en el universo, lo hace por medio de Su Espíritu, “sin la mano” del hombre (Job 34:20; Salmo 104:30). El es representado aquí empleando su poder como Juez. ardimiento—(Mateo 3:11). El mismo Espíritu Santo, que santifica a los creyentes por el fuego de la aflicción (Malaquías 3:2), sentencia a los incrédulos al fuego de la condenación (1 Corintios 3:13).
5. criará—“la nueva creación” requiere tanta omnipotencia creadora de parte de Dios como la que requirió la creación material (2 Corintios 4:6; Efesios 2:10). Tal será el caso de la santa Jerusalén futura (cap. 65:17, 18). sobre—la columna de nube se mantenía sobre el tabernáculo, como símbolo del favor y de la presencia de Dios (Éxodo 13:21; Salmo 91:1), tanto sobre cada una de las familias (sobre “cada morada”), como sobre las sagradas asambleas generales (Levítico 23:2). La “nube” se convertía en fuego por la noche, para que el pueblo del Señor la viese. sobre toda gloria—el glorioso conjunto, a saber, sobre todo el pueblo del Señor y su Santuario. [Maurer]. ¿No puede esto significar que habrá resguardo o protección “sobre todo aquello en que la gloria (la Shechinah de que se habló en la cláusula precedente) haya de descansar?” El símbolo de su presencia también ofrecerá protección, como la ofreció a los israelitas contra los egipcios en el Mar Rojo (Éxodo 14:19). Así le ocurrirá a la literal Jerusalén en lo futuro (Malaquías 2:5), como también a la Iglesia, la Sión espiritual (cap. 32:18; 33:15-17; Hebreos 12:22).
6. sombrajo—un tabernáculo, figura del cuerpo de Cristo (Juan 1:14). “El Verbo habitó (griego: moró en tienda) entre nosotros” (Juan 2:21; Hebreos 8:2). Cristo será una “sombra contra el calor” y un “refugio contra la tempestad”. Estos términos describen la ira divina contra los pecados del hombre (cap. 25:4). En el Oriente, el calor y las tormentas son terribles, de tal suerte que una tienda de campaña portable es parte indispensable del equipo de un viajero. Tal será la ira de Dios en lo futuro, de la cual los “librados de Israel” serán protegidos por Jesucristo (cap. 26:20, 21; 32:2). escondedero—corresponde a “defensa” (v. 5). El equivalente hebreo de defensa en el v. 5 es “cobertura”; la tapa del arca, o sea, el propiciatorio, recibió su nombre de la misma palabra hebrea cafar, que se usa en este versículo. El propiciatorio, al ser rociado con sangre por el sumo sacerdote una vez al año, en el día de la expiación, cubría típicamente al pueblo de la ira. Jesucristo es el verdadero Trono de Misericordia, o Propiciatorio, sobre quien descansaba el Shechinah, y debajo del cual se guardaba la Ley, la cual estaba literalmente dentro del arca. El simbolismo de esto es que el hombre está a cubierto de la tempestad (la ira). El Israel redimido, en virtud de su unión con él, también será un tabernáculo para la gloria de Dios, el cual, a diferencia del que estaba en el desierto, no será jamás abatido (cap. 38:20).