Jeremias 46:1-28
1 La palabra del SEÑOR que vino al profeta Jeremías acerca de las naciones.
2 En cuanto a Egipto, contra el ejército del faraón Necao, rey de Egipto, el cual estaba en Carquemis, cerca del río Éufrates, y al cual derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia, en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá:
3 “Alisten escudo y defensa; acérquense a la batalla.
4 Unjan los caballos y suban ustedes, oh jinetes. Preséntense con cascos, pulan las lanzas, vístanse de cota de malla.
5 ¿Por qué los veo medrosos, volviéndose atrás? Sus valientes han sido deshechos; han huido buscando refugio, sin mirar atrás. ¡El terror está por todas partes!, dice el SEÑOR.
6 No huya el veloz ni escape el valiente. En el norte tropezaron y cayeron, junto a la ribera del Éufrates.
7 “¿Quién es este que sube como el Nilo y cuyas aguas se agitan como ríos?
8 Egipto, que se alza como el Nilo, y cuyas aguas se agitan como ríos, dijo: ‘Subiré, cubriré la tierra; destruiré las ciudades y sus habitantes’.
9 Suban, caballos; corran, carros, como locos; salgan, valientes, los de Etiopía y los de Libia que toman escudo, y los de Lidia que toman y entesan el arco.
10 “Pero ese día será día de venganza para el SEÑOR Dios de los Ejércitos, para vengarse de sus enemigos. La espada devorará y se saciará; se embriagará con la sangre de ellos. Porque el SEÑOR Dios de los Ejércitos tendrá un sacrificio en la tierra del norte, junto al río Éufrates.
11 “Sube a Galaad y toma bálsamo, oh virgen hija de Egipto. En vano has multiplicado las medicinas; no hay curación para ti.
12 Las naciones oyeron de tu afrenta, y tu clamor llenó la tierra; porque el fuerte tropezó con el fuerte, y cayeron ambos al mismo tiempo”.
13 La palabra que habló el SEÑOR al profeta Jeremías, acerca de la venida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para herir la tierra de Egipto:
14 “Anunciad en Egipto y hacedlo saber en Migdol; hacedlo saber en Menfis y en Tafnes. Digan: ‘Preséntate y prepárate, porque la espada va a devorar tus fronteras’.
15 “¿Por qué ha huido Apis?. Tu buey no pudo mantenerse en pie, porque el SEÑOR lo derribó.
16 Hizo tropezar a muchos; sí, cada uno cayó sobre su compañero. Y dijeron: ‘Levántate, y volvamos a nuestro pueblo; volvamos a la tierra de nuestro nacimiento, por causa de la espada opresora’.
17 Allí gritaron: ‘¡El faraón, rey de Egipto, es solo ruido! ¡Dejó pasar la oportunidad!’.
18 “Vivo yo, dice el Rey, cuyo nombre es el SEÑOR de los Ejércitos, que como el Tabor entre los montes y como el Carmelo junto al mar, así vendrá.
19 Prepara tu equipaje para la cautividad, oh moradora hija de Egipto, porque Menfis será convertida en ruinas; será devastada hasta no quedar habitantes.
20 Una vaquilla hermosísima es Egipto, pero del norte ciertamente vendrá el moscardón.
21 También sus mercenarios, en medio de ella, son como terneros engordados. También ellos se volverán y a una huirán, sin detenerse. Porque sobre ellos ha venido el día de su calamidad, el tiempo de su castigo.
22 Su sonido es como el de una serpiente que se va. Ciertamente avanzan con un ejército; vienen a ella con hachas, como leñadores.
23 Cortarán su bosque, dice el SEÑOR, aunque sea impenetrable; porque son más que las langostas; son innumerables.
24 La hija de Egipto es avergonzada; es entregada en manos del pueblo del norte”.
25 El SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel, ha dicho: “He aquí que yo castigo a Amón en Tebas; al faraón, a Egipto, a sus dioses y a sus reyes; al faraón y a los que en él confían.
26 Y los entregaré en mano de los que buscan sus vidas; en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus servidores. Pero después Egipto será habitada como en los días pasados, dice el SEÑOR.
27 “Pero tú no temas, oh siervo mío Jacob, ni desmayes, oh Israel. Porque he aquí, yo soy el que te salva desde lejos; y a tu descendencia, de la tierra de su cautividad. Jacob volverá y estará tranquilo; estará confiado, y no habrá quien lo atemorice.
28 “Tú no temas, oh siervo mío Jacob, porque yo estoy contigo, dice el SEÑOR. Ciertamente haré exterminio en todas las naciones a las cuales te he expulsado; pero en ti no haré exterminio, sino que te castigaré con justicia. De ninguna manera te daré por inocente”.
LAS PROFECIAS COMPRENDIDAS EN LOS CAPS. 46 a 52 SE REFIEREN A PUEBLOS EXTRANJEROS. El profeta comienza con Egipto, por ser el país al cual había sido llevado. El capítulo 46 contiene dos profecías tocante a él: la derrota del Faraón-necao por Nabucodonosor en Carquemis y la subsiguiente larga conquista de Egipto por el mismo rey, así como la preservación de los judíos (vv. 27, 28).
1. Encabezamiento general de los seis capítulos siguientes de profecías tocante a los gentiles; estas profecías están dispuestas según las naciones, no por fechas.
2. Título de la primera profecía. Faraón-Nechao—Este, cuando salía a pelear contra Carquemis (la antigua Cerusium, cerca del Eufrates), se encontró con Josías, rey de Judá (aliado de Asiria), en Megido, y allí lo mató (2 Reyes 23:29; 2 Crónicas 35:20); pero esto sucedió cuatro años después que Nabucodonosor hubo tomado a Carquemis, como se predice aquí; y perdió todo el territorio que había estado sometido a los Faraones al oeste del Eufrates, y entre éste y el Nilo. Esta predicción mitigaría la pena de los judíos, causada por la muerte de Josías, demostrando que su muerte había sido vengada (2 Reyes 24:7). Es fama que habiendo preparado una flota de descubrimiento, partió del Mar Rojo, la cual, doblando el cabo de Buena Esperanza, regresó a Egipto por el Mediterráneo.
3. Risible llamado a la batalla. Pese a todos vuestros aprestos bélicos para contener la invasión de Nabucodonosor, cuando os encontréis con él, seréis presa del “desaliento” (v. 5). Vuestras fuertes amenazas terminarán en la nada. escudo—más pequeño, usado por la caballería, ligeramente armada. pavés—es de mayor tamaño que el precedente, y usado por la infantería fuertemente armada.
4. Uncid caballos—a saber, para los carros de guerra, que tanta fama dieron a Egipto (Éxodo 14:7; Éxodo 15:4). subid, vosotros los caballeros—subid a los carros. Maurer, a causa del paralelo “caballos”, traduce: “Montad los corceles”. Pero aquí más bien se describen los sucesivos pasos para equipar los carros de guerra; primeramente, poned las guarniciones a los caballos y atadlos a los carros; luego que suban los caballeros a ellos. lorigas—corazas o cotas de malla.
5. (Nota v. 3). Que un ejército tan bien equipado pudiese retroceder, aterrado, es algo espantoso. El profeta ve todo esto en visión. y huyeron—liter., huyeron con ímpetu, esto es, huyeron precipitadamente. sin … mirar atrás—ni aun se atreven a volver la cabeza a mirar a sus perseguidores.
6. no huya—equivalente a la más fuerte negación. Que niaguno de los guerreros egipcios piense escapar por su ligereza o fuerza; al aquilón (o norte)—en lo que respecta a Egipto o Judea, a la región que mira hacia el norte, junto al Eufrates (véase el v. 2).
7. como río (o inundación)—(Cap. 47:2; Isaías 8:7; Daniel 11:22). La figura es apropiada para dirigirse a los egipcios; pues el Nilo, su gran río, anega anualmente sus tierras con una turbia y lodosa inundación. Así su ejército, hinchado con la arrogancia, anegará la región del sur del Eufrátes; pero éste, a semejanza del Nilo, se retirará con la misma presteza con que avanzó.
8. Responde a la pregunta del v. 7. cuyas aguas se mueven como ríos—la crecida del Nilo es suave; pero en la desembocadura, a diferencia de la mayoría de los ríos, es muy agitado, debido a los bancos de arena que impiden su curso, y así se precipita en el mar como una catarata.
9. Es una exhortación irónica, como en el v. 3. Los egipcios, debido a lo cálido de su clima y a la abstinencia de carne, eran físicamente débiles; de ahí que empleasen soldados marcenarios. Los etíopes—En hebreo Cush; Abisinia y la Nubia. Libios—Fut, la Mauritania, al oeste de Egipto (véase Génesis 10:6). escudo—Los libios copiaron de Egipto el uso de largos escudos que llegaban hasta los pies (Jenofonte, Ciropedia, 6, y 7). lidios—No se trata de los lidios del oeste de Asia Menor (Génesis 10:22; Ezequiel 30:5), sino de la Ludia y un pueblo descendiente de Egipto (Mizraim). (Génesis 10:13; Ezequiel 30:5; Nahúm 3:9). toman y entesan arco—El empleo de dos verbos expresa la manera de doblar el arco: se hace presión en el centro, con el pie, mientras que con las manos se sujetan los extremos.
10. venganza—a causa de la muerte de Josías (2 Reyes 23:29). la espada devorará … y se embriagará—personificación poética (Deuteronomio 32:42). matanza—(Isaías 34:6; Ezequiel 39:17). La matanza de egipcios se representa como un sacrificio para satisfacer su justa venganza.
11. Galaad … bálsamo—(Nota, cap. 8:22); es decir, mediante la curación de las heridas, pero ninguna medicina le aprovechará, tan desesperada será la matanza. virgen—se le llama así a Egipto a causa de su afeminado lujo, y por no haber sido jamás sometida al yugo extranjero. no hay cura para ti—(Cap. 30:13; Ezequiel 30:21). No es que el reino de Egipto cesase de existir, sino que no recobraría su primitiva fuerza. El golpe sería irreparable.
12. Fuerte … con fuerte … cayeron ambos juntos—su misma multitud resultará un impedimento en su confusa huída, pisoteándose unos a otros.
13. Profecía de la invasión de Egipto por Nabudoconosor, la cual se efectuó diez y seis años después de la toma de Jerusalén. Como pusiese sitio a Tiro por espacio de trece años, sin lograr ningún resultado de su esfuerzo, Dios le promete que le dará a Egipto como recompensa por haber humillado a Tiro (Ezequiel 29:17; y caps. 30 y 31). Las conmociones intestinas entre Amasis y Faraón-hofra le prepararon el camino (Isaías 19:1, etc. Notas).
14. Denunciad … haced saber—como si pronunciara una sentencia desde un tribunal. Migdol … Noph … Taphnes—este, sur y norte. Menciona estos tres puntos cardinales, y omite el oeste, porque los caldeos no avanzan hacia allá. Estas ciudades eran las mejor conocidas de los judíos, por quedar hacia su país. espada ha de devorar tu comarca—a saber, la de los sirios, judíos, moabitas y ammonitas (Nota, cap. 48:1). Esta exhortación es irónica, como en el v. 4, 10.
15. tu fuerte—MSS., la Versión de los Setenta y la Vulgata leen “tu valiente”. Es el buey Apis, ídolo viviente, adorado en Nof o Menfis. Evidentemente, el contraste se hace entre la palpable impotencia del ídolo y el poder que se le atribuía por sus devotos egipcios. El término hebreo fuerte o valiente, se aplica a los toros (Salmo 22:12). Cambises, al invadir a Egipto, mató el toro sagrado. lo rempujó—(véase v. 5). La palabra hebrea se usa con relación a una lluvia torrencial (Proverbios 28:3).
16. Multiplicó—Esto es, Jehová. y cada uno cayó sobre su compañero—(Véase 6:12). Aun antes que los hiera el enemigo (Levítico 26:37). volvámonos a nuestro pueblo—es el lenguaje de los confederados y mercenarios, que se exhortan mutuamente a desertar del ejército egipcio y a volver a sus respectivos países (vv. 9, 21). de la espada vencedora—de la espada cruel, es decir, de los caldeos (véase cap. 25:38).
17. Allí—los soldados extranjeros cada uno en su respectivo país (v. 16): “Faraón es”, etc. El amenaza mucho, mas cuando se presenta la necesidad no hace nada; sus amenazas son puro ruido (véase 1 Corintios 13:1). Maurer traduce: “se arruinó”, liter., (en una apropiada brusquedad de lenguaje): “Faraón, rey, etc., una ruina”. El contexto, sin embargo, apoya la Versión Inglesa. Sus jactancias de lo que él haría, llegado el momento de la batalla, han demostrado que no eran más que vanos sonidos Ha hecho que pasase el tiempo fijado (para la batalla con los caldeos).
18. Como los montes del Tabor y el Carmelo sobresalen sobre los demás montes de Palestina, así cuando llegue Nabucodonosor (v. 26) se mostrará superior a todos sus enemigos. El Carmelo forma un imponente promontorio que se interna en el Mediterráneo. El Tabor es el más alto de los dos; por eso se dice que “está entre los montes”; y el Carmelo “junto al mar”. el Rey … Jehová de los ejércitos—(Cap. 48:15). En contraste con “Faraón, rey de Egipto … que sólo es un ruido” (v. 17); Dios el verdadero Rey, el Señor de los ejércitos, hará que venga Nabucodonosor. Como quiera que Faraón no vendrá a la batalla al tiempo señalado, no obstante sus jactancias, Nabucodonosor en cambio vendrá de acuerdo con la predicción del Rey, que tiene todos los ejércitos en su poder, por más que vosotros los egipcios despreciéis la predicción. Hazte vasos—(esto es, que contengan alimentos y otras cosas necesarias para el viaje) para la cantividad. moradora—esto es, los habitantes de Egipto, los egipcios, representados como las hijas de Egipto (cap. 48:18; 2 Reyes 19:21). “Moradora” insinúa que se creían estar seguramente establecidos en sus habitaciones fuera del alcance del invasor. hija—así en el v. 11.
20. Becerra—suelta, semejante a una becerra gorda y bravía (Oseas 10:11). Apropiado a Egipto, donde el dios Apis era objeto de adoración, bajo la forma de un hermoso toro que se distinguía por algunas manchas. destrucción—esto es, un destructor: Nabucodonosor. La Vulgata traduce “un aguijador”, lo que responde a la metáfora “uno que aguijará la becerra” y la amansará. La lengua árabe favorece este sentido [Rosenmuller]. viene … viene—la repetición indica que viene segura y prestamente (Salmo 96:13). del aquilón—(Nota, cap. 1:14; 47:2).
21. Tradúzcase: “Lo mismo sus mercenarios (vv. 9, 10) que están en medilo de ella cual becerros engordados: ellos también se volvieron”, esto es, volvieron sus espaldas para huir. La misma imagen de “becerra … becerros” (vv. 20, 21). es aplicable a los mercenarios extranjeros, lo mismo que a ella. Mimados con las molicies de Egipto, se hallan enervados para la batalla como los mismos nativos.
22. El grito de Egipto cuando sea invadido, se parecerá al silbido de una serpiente despertada en su nido por los leñadores. Ya no lanzará bramidos como novilla, sino un bajo murmullo de temor, cual serpiente que silba. con hachas—arma usada por los escitas. Los caldeos vendrán tan confiados cual si no tuvieran que luchar con soldados, sino a cortar árboles que no ofrecen resistencia.
23. su bosque—(Isaías 10:34). no podrán ser contados—Cortan su bosque, por más denso e incontable que pueda parecer (Job 5:9; Job 9:10; Job 36:26); esto se refiere a las densamente situadas ciudades de Egipto, que sumaban mil veinte. porque—la razón por la cual los caldeos podrán derribar tan denso bosque de ciudades egipcias, es porque ellos mismos son innumerables. langostas—(Jueces 6:5).
25. Amón de No—el mismo que Tebas o Dióspolis, en el Alto Egipto, donde Júpiter Amón tenía su famoso templo. La siguiente mención de “sus dioses” hace que la traducción más probable sea “Amón de No”, esto es, No y su ídolo Amón; así dice la Versión caldea. Se llama así, ya por provenir de Cam, el hijo de Noé, ya de nutridor, que es lo que la palabra significa. y a sus reyes—los reyes de las naciones ligadas con Egipto.
26. después seré habitada—cuarenta años después de la conquista de Egipto por Nabucodonosor, Amón sacudió el yugo babilónico, pero nunca recuperó su anterior poderío (v. 11; Ezequiel 29:11).
27, 28. Repetición del cap. 30:10, 11. Cuando la iglesia (y el literal Israel) parezcan enteramente consumidos, quedará una oculta esperanza, porque Dios levantará a su pueblo, por decirlo así, de entre los muertos (Romanos 11:15). En cambio, las “naciones” sin Dios se consumen, aunque sobrevivan, como le ocurrió a Egipto después de su derrota; por haber sido definitivamente maldecidos y sentenciados a desaparecer.