Jeremias 8:1-22
1 El SEÑOR dice: “En aquel tiempo sacarán fuera de los sepulcros los huesos de los reyes de Judá, los huesos de sus magistrados, los huesos de los sacerdotes, los huesos de los profetas y los huesos de los habitantes de Jerusalén.
2 Los extenderán ante el sol, ante la luna y ante todo el ejército del cielo, a quienes amaron y rindieron culto, a quienes siguieron y consultaron, y ante quienes se postraron. No serán recogidos ni sepultados; quedarán como abono sobre la superficie de la tierra.
3 Preferible será la muerte que la vida para el resto de los sobrevivientes de esta perversa familia, en todos los lugares a donde yo los arroje, dice el SEÑOR de los Ejércitos.
4 “Asimismo, les dirás que así ha dicho el SEÑOR: ‘¿No se levantan los que se caen? ¿No vuelve el que es tomado cautivo?
5 ¿Por qué apostata este pueblo, oh Jerusalén, con perenne apostasía? Se aferran al engaño; rehúsan volver’.
6 “Oí atentamente y escuché; no hablan con rectitud. No hay hombre que se arrepienta de su maldad y que diga: ‘¿Qué he hecho?’. Cada cual se ha vuelto a su carrera, como caballo que arremete en la batalla.
7 “Hasta la cigüeña en el cielo conoce sus tiempos determinados; la tórtola, la golondrina y la grulla guardan el tiempo de sus migraciones. Pero mi pueblo no conoce el juicio del SEÑOR.
8 ¿Cómo dirán: ‘Nosotros somos sabios, y la ley del SEÑOR está con nosotros’? Ciertamente he aquí que la pluma engañosa de los escribas la ha convertido en engaño.
9 Los sabios son avergonzados, se llenan de terror y son tomados prisioneros. He aquí que han rechazado la palabra del SEÑOR, ¿y qué clase de sabiduría les queda?
10 Por tanto, daré a otros sus mujeres y sus campos a los conquistadores; porque desde el menor hasta el mayor, cada uno persigue las ganancias deshonestas. Desde el profeta hasta el sacerdote, todos obran con engaño
11 y curan con superficialidad el quebranto de la hija de mi pueblo, diciendo: ‘Paz, paz’. ¡Pero no hay paz!
12 “¿Acaso se han avergonzado de haber hecho abominación? ¡Ciertamente no se han avergonzado ni han sabido humillarse! Por tanto, caerán entre los que caigan; en el tiempo de su castigo tropezarán, ha dicho el SEÑOR.
13 ¡De cierto acabaré con ellos!, dice el SEÑOR. No quedarán uvas en la vid ni higos en la higuera. Hasta las hojas se marchitarán, y lo que les he dado pasará de ellos”.
14 ¿Por qué nos quedamos sentados? Reúnanse, y entremos en las ciudades fortificadas y perezcamos allí, porque el SEÑOR nuestro Dios nos ha hecho perecer. Nos ha hecho beber aguas envenenadas, porque hemos pecado contra el SEÑOR.
15 Esperamos paz y no hay tal bien; tiempo de sanidad, y he aquí, terror.
16 Desde Dan se ha oído el relincho de sus caballos. Toda la tierra tiembla a causa del relincho de sus corceles. Vienen y devoran la tierra y su plenitud, la ciudad y sus habitantes.
17 “He aquí que yo envío sobre ustedes serpientes, víboras contra las cuales no habrá encantamiento que valga. Y ellas los morderán”, dice el SEÑOR.
18 El dolor se sobrepone a mí sin remedio; mi corazón está enfermo.
19 ¡He aquí, la voz del grito de la hija de mi pueblo que viene de lejana tierra! ¿Acaso no está el SEÑOR en Sion? ¿Acaso no está en ella su Rey? ¿Por qué me han provocado a ira con sus imágenes talladas, con las vanidades del extranjero?
20 Ha pasado la siega, se ha acabado el verano, ¡y nosotros no hemos sido salvos!
21 Quebrantado estoy por el quebranto de la hija de mi pueblo. Estoy enlutado; el horror se ha apoderado de mí.
22 ¿Acaso no hay bálsamo en Galaad? ¿Acaso no hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hay sanidad para la hija de mi pueblo?
EL FUTURO CASTIGO DE LOS JUDIOS. SU GENERAL E INCURABLE IMPENITENCIA.
1. Los victoriosos babilonios estaban a punto de violar los santuarios de los muertos para saquearlos; pues a los reyes los sepultaban con los ornamentos, las joyas y las insignias de la realeza. Puede más bien que su propósito fuese inferir a los muertos el más grande deshonor (Isaías 14:19).
2. y los esparcirán al sol—retribución en la misma moneda. Los mismos objetos empleados en sus actos idolátricos serían testigos impasibles de su deshonra. amaron … sirvieron … y en pos de quienes anduvieron … se encorvaron—las palabras se acumulan, como si no se hubiese dicho bastante acerca del loco fervor de su idolátrico culto tributado a los cuerpos celestes (2 Reyes 23:5). ni enterrados—(cap. 22:19). muladar—(cap. 9:22; Salmo 83:10).
3. Los sobrevivientes lo pasarán peor aún que los muertos (Job 3:21; Apocalipsis 9:6). en todos los lugares … arrojaré—“en todos los lugares a donde conduciré a los que queden” [Maurer].
4. “¿No es instintivo en el hombre, si se cae, el que se levante, y si se extravía, el que vuelva al punto donde comenzó a extraviarse? ¿Por qué no hace eso mismo Jerusalén?” El juego con el doble sentido de la palabra volver, el literal y el metafórico (cap. 3:12; 4:1).
5. rebelde con rebeldía perpetua—más bien, pues el hebreo dicelomismo que el v. 4, al cual ésteserefiere: “Se ha desviado con perpetuo desvío”. perpetua—en contraste con el “levantarse”. no han querido volverse—en contraste con “¿no torna a camino?” (v. 4; cap. 5:3).
6. no hablan derecho—esto es, no hablan como penitentes que confiesan que han hecho lo malo. Véase con lo que sigue. cada cual … su carrera—El Keri dice carrera pero el Chetib, carreras. “Perseveran en las carreras en que han entrado”. Sus perversos caminos fueron diversos. como caballo que arremete—liter., que se arroja como el agua que ha roto la represa que la contenía. La loca rapidez del caballo de guerra es el punto de comparación (Job 39:19). 7. El instinto de las aves migratorias las conduce con infalible regularidad a volver cada primavera de los países donde pasaron el invierno a los climas estivales (Cantares de los Cantares 2:12); pero el pueblo de Dios no quiere volverse a él, aun cuando el invierno de su ira ha pasado, de ahí que los invite a volver a la primavera de su favor. en el cielo—expresión enfática. Las aves, cuyo verdadero elemento es el aire, en el que nunca están inmóviles, demuestran, sin embargo, una invariable sagacidad, cosa que no demuestra el pueblo de Dios. su tiempo—esto es, el de su migración, y el de su retorno. mas mi pueblo—este honroso título agrava la antinatural perversidad de los judíos para con su Dios. no conoce—(cap. 5:4, 5; Isaías 1:3).
8. la ley … con nosotros—(Romanos 2:17). Los judíos, poseyendo la ley, de la que se enorgullecían, podrían haber sido la más sabia de las naciones; pero la inobservancia de sus preceptos, resultó ser una ley dada “en vano”, en lo que a ellos concernía. los escribas—los copistas, esto es, en vano se multiplicaron las copias. Maurer traduce: “La falsa pluma de los escribas la ha convertido (a la ley) en una mentira”. Véase el margen de la Versión Inglesa, que concuerda con la Vulgata.
9. se avergonzaron—fueron confundidos. ¿qué sabiduría tienen?—liter., ¿la sabiduría de qué?; esto es, sabiduría ¿en qué sentido? La palabra de Dios es la única fuente verdadera de sabiduría (Salmo 119:98; Proverbios 1:7; Proverbios 9:10).
10-12. Es la repetición Deuteronomio 6:12. Una repetición semejante puede verse en el v. 15; cap. 14:19. quien las posea—a quienquiera toque posesionarse de ellas.
11. (Ezequiel 13:10).
13. cortarélos—liter., juntando los juntaré, o consumiendo los consumiré. no habrá uvas … ni higos—(Joel 1:7; Mateo 21:19). lo que les he dado pasará de ellos—más bien: Yo les designaré los que los abrumarán (oprimiéndolos); es decir, les suscitaré un enemigo que los subyugará [Maurer]. La Versión Inglesa concuerda con el contexto: Aunque sus uvas e higos maduren, no les será dable disfrutarlos.
14. juntaos—para la defensa. y allí reposaremos—no asaltemos al enemigo, antes defendámonos calladamente hasta que la tormenta haya pasado. nos ha hecho callar—nos trajo a tal estado que ya no podemos resistir al enemigo; lo que indica callada desesperación. bebida de hiel—liter., agua de planta venenosa, posiblemente la amapola (caps. 9:15; 23:15). 15. Se repite en el cap. 14:19. Esperamos paz—debido a la esperanza infundida por los falsos profetas. día de cura—esto es, de recuperación de la adversidad.
16. Desde Dan—situada en la frontera de Fenicia. Esta había de ser la ruta que había de seguir Nabucodonosor para invadir a Israel; la caballería, avanzando delante de la infantería, arrasaría el país. se oyó—el pasado profético por el futuro. de sus caballos—de los caldeos. de sus fuertes—frase poética, por sus corceles, peculiar en Jeremías (cap. 47:3; véanse los caps. 4:13, 29; 6:23).
17. yo—Jehová. serpientes—basiliscos (Isaías 11:8), esto es, enemigos cuyo destructivo poder, de ningún modo se puede contrarrestar ni por la persuasión ni por ningún otro medio. En oriente, los encantadores de serpientes encantan a esos ofidios con cierto aire musical y, mediante una particular presión que les hacen sobre el cuello, los inhabilitan para morder (Salmo 58:4).
18. (Isaías 22:4). La lamentación del profeta motivada por la inminente calamidad que la sobrevendrá a su país. mi fuerte dolor—o, con respecto al dolor. Maurer traduce: “¡Oh mi regocijo tocante a mi dolor”; es decir, “¡Oh si el regocijo (el consuelo, de una raíz arábiga que significa brillar como el sol naciente) brillará sobre mí (para que mitigase) mi dolor!” en mí—dentro de mí. 19. El profeta oye en una visión el clamor de los judíos deportados, y se maravilla de que Dios los hubiese entregado al enemigo, siendo él el Rey de Sión, que habita en ella. (Miqueas 3:11). Dios responde en la segunda mitad del versículo, que la causa de ello no fué porque él faltase a su fidelidad, sino por la idolatría de ellos. de la tierra lejana—más bien, “desde una tierra de distancias”; es decir, una tierra distante (Isaías 39:3). La Versión Inglesa entiende que el grito es de los judíos, lanzado en su misma tierra, a causa del enemigo que viene de su lejano país. vanidades ajenas—dioses extraños.
20. Es una expresión proverbial. Su significado es: La estación de la esperanza ha pasado una y otra vez, pero la esperada liberación jamás llegó, y ahora se ha desvanecido toda esperanza.
21. entenebrecido estoy—con el semblante triste y el corazón afligido (Joel 2:6).
22. bálsamo—para aplicarlo a las heridas de mi pueblo. Fué llevado por primera vez de la Arabia Feliz a Judea, por la reina de Saba, en la época de Salomón (Josefo, Antigüedades 8:2). Es el opobálsamo de Plinio; o más bien, según Bochart, la resina extraída del terebinto. Abunda en Galaad, al Este del Jordán, donde, por lo mismo, se habían establecido muchos “médicos” (cap. 46:11; 51:8; Génesis 37:25; Génesis 43:11). medicina—el hebreo liter., dice: ¿Por qué no ha subido ningún desenvolvimiento..? de ahí el largo vendaje usado en vendar la herida. Así también el arábigo. [Gesenio].