Números 28:1-31
1 El SEÑOR habló a Moisés diciendo:
2 “Manda a los hijos de Israel y diles: ‘Cumplirán con mis sacrificios, mi pan, mis ofrendas quemadas de grato olor, ofreciéndomelos a su debido tiempo’.
3 Les dirás: ‘Esta es la ofrenda quemada que ofrecerán al SEÑOR: cada día, dos corderos de un año, sin defecto, como holocausto continuo.
4 Ofrecerán uno de los corderos al amanecer y el otro cordero lo ofrecerán al atardecer.
5 La ofrenda vegetal será de dos kilos de harina fina amasada con un litro de aceite puro de olivas’.
6 “Este es el holocausto continuo que fue ofrecido en el monte Sinaí como grato olor, ofrenda quemada al SEÑOR.
7 Su ofrenda líquida será de un litro por cada cordero. Derramarás para el SEÑOR en el santuario una ofrenda de licor.
8 “Ofrecerás el otro cordero al atardecer. Presentarás una ofrenda vegetal como la de la mañana, y del mismo modo su ofrenda líquida. Es una ofrenda quemada de grato olor al SEÑOR.
9 “El día del sábado ofrecerás dos corderos de un año, sin defecto, y una ofrenda vegetal de cuatro kilos de harina fina amasada con aceite, con su ofrenda líquida.
10 Este es el holocausto de cada sábado, además del holocausto continuo y de su ofrenda líquida.
11 “Al principio de cada mes ofrecerás como holocausto al SEÑOR dos novillos, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto.
12 Por cada novillo la ofrenda vegetal será de seis kilos de harina fina amasada con aceite; por el carnero, cuatro kilos de harina fina amasada con aceite.
13 Y por cada cordero, dos kilos de harina fina amasada con aceite. Este es el holocausto de grato olor, una ofrenda quemada al SEÑOR.
14 Sus ofrendas líquidas serán de un litro y medio de vino por cada novillo, un litro y cuarto por el carnero y un litro por cada cordero. Este es el holocausto de cada mes, todos los meses del año.
15 “También se ofrecerá al SEÑOR un macho cabrío como sacrificio por el pecado, además del holocausto continuo y de su libación.
16 “El día catorce del mes primero será la Pascua del SEÑOR.
17 El día quince de este mes será fiesta; durante siete días comerán panes sin levadura.
18 El primer día habrá asamblea sagrada; no harán ningún trabajo laboral.
19 “Como ofrenda quemada en holocausto al SEÑOR, ofrecerán dos novillos, un carnero y siete corderos de un año; sin defecto los tomarán.
20 Su ofrenda vegetal será de seis kilos de harina fina amasada con aceite por cada novillo, cuatro kilos por el carnero.
21 También ofrecerán dos kilos por cada uno de los siete corderos,
22 y un macho cabrío, como sacrificio por el pecado para hacer expiación por ustedes.
23 “Esto ofrecerán, además del holocausto de la mañana, que es el holocausto continuo.
24 De esta manera ofrecerán diariamente durante los siete días este alimento, una ofrenda quemada de grato olor al SEÑOR; se ofrecerá aparte del holocausto continuo y de su ofrenda líquida.
25 “El séptimo día también tendrán asamblea sagrada; no harán ningún trabajo laboral.
26 “El día de las primicias, cuando presenten una ofrenda de grano nuevo al SEÑOR en la fiesta de Pentecostés, tendrán asamblea sagrada. No harán ningún trabajo laboral.
27 “Como holocausto de grato olor al SEÑOR ofrecerán dos novillos, un carnero y siete corderos de un año.
28 Su ofrenda vegetal será de seis kilos de harina fina amasada con aceite por cada novillo, cuatro kilos por el carnero,
29 y dos kilos por cada uno de los siete corderos;
30 y un macho cabrío para hacer expiación por ustedes.
31 “Esto ofrecerán, además del holocausto continuo y de su ofrenda vegetal, con sus ofrendas líquidas; sin defecto los tomarán.
LAS OFRENDAS A OBSERVARSE.
2. Manda a los hijos de Israel, y diles—La repetición de varias leyes anteriormente decretadas, que se hace en este capítulo, era oportuna y necesaria, no sólo por su importancia y el frecuente descuido de ellas, sino porque se había levantado una nueva generación después de la primera institución de dichas leyes, y porque los iraelitas estaban por asentarse en la tierra donde habían de abservarse aquellas ordenanzas. Mi ofrenda, mi pan—usados generalmente para las ofrendas señaladas, y el tenor de la prescripción es de poner en ejecución la regularidad y el cuidado en la observancia de ellas.
9, 10. Es el holocausto del sábado en cada sábado—Anteriormente no se menciona holocausto en día sábado que fuera adicional a los sacrificios diarios.
11-15. en los principios de vuestros meses ofreceréis en holocausto a Jehová—Estos eran guardados como días festivos sagrados; y aunque no poseían el carácter de fiestas solemnes, se distinguían por el son de las trompetas sobre los sacrificios (cap. 10:10), por la suspensión de todo trabajo, excepto las tareas domésticas de las mujeres (Amós 8:5), por la celebración de culto público (2 Reyes 4:23), y por festividades sociales y familiares (1 Samuel 20:5). Estas observancias no están prescritas en la ley, aunque existían en la práctica de tiempos posteriores. El principio del mes se conocía, no por cálculos astronómicos, sino, según los escritores judíos, por el testimonio de mensajeros nombrados para que miraran la primera aparición visible de la luna nueva, y luego el hecho se anunciaba por todo el país por medio de fogatas encendidas en la cumbre de las montañas. Como las festividades de la luna nueva eran comunes entre los paganos, es probable que un propósito importante de la institución de ellas en Israel era el de dar a las mentes de aquel pueblo una orientación major; y suponiéndose que éste fuera uno de los objetos propuestos, se explicará por qué uno de los cabritos era ofrecido a Jehová (v. 15), y no a la luna, como se hacía entre los egipcios y sirios. El sábado y la luna nueva se mencionan frecuentemente juntos.
16-25. en el mes primero, a los catorce del mes será la pascua—La ley para esta gran fiesta anual ya había sido dada (Levítico 23:5), pero aquí se introducen algunos detalles, pues ciertas ofrendas especificadas son prescritas para ser hechas en cada uno de los siete días del pan sin levadura.
26, 27. el día de las primicias … ofreceréis en holocausto—Un sacrificio nuevo se manda aquí para la celebración de esta fiesta, además de la otra ofrenda, que había de acompañar las primeras frutas. (Levítico 23:18).