Proverbios 27:1-27
1 No te jactes del día de mañana, porque no sabes qué dará de sí el día.
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CAPITULO 27
1. No confíes ciegamente en tus planes (caps. 16:9; 19:21; Santiago 4:13).
2. Evita el alabarte a ti mismo.
3. En sentido literal de pesado, aplicado a objetos materiales, ilustra el figurativo, gravoso, aplicado a lo moral. la ira del necio—es irracional y excesiva.
4. la envidia—o los celos (cap. 6:34), es más inaplicable que las pasiones malas, más simples.
5, 6. amor—no manifestado en hechos es inútil y aunque manifestado en reprensiones nos hiera, es preferible a los frecuentes, por tanto, engañosos besos del enemigo.
7. El lujo proporciona menos felicidad que el sano apetito del trabajador.
8. Los tales no sólo están fuera de lugar, sino también fuera del deber y en el peligro.
9. alegran el corazón—el órgano que percibe lo que agrada a los sentidos. y el amigo—“Así la dulzura del amigo alegra al hombre …” O bien, el consejo bueno del amigo es también agradable.
10. Allégate al amigo probado. Los lazos de la sangre puede ser que sean de menos confianza que los de genuina amistad.
11. La sabiduría de los hijos acredita la reputación de los padres, así como también facilita alivio para los mismos en ocasión de dificultades.
12, 13. (Cf. los caps. 20:16; 22:3)
14. El celo excesivo en alabar al amigo huele a egoísmos.
15. (Cf. el cap. 19:13.)
16. Es tan fútil pretender lo uno como lo otro. mano derecha—el órgano de poder. Ni con la mano puede contener el aceite, o ungüento perfumado (Salmo 17:7; Salmo 18:35). Tal mujer no puede ser domada.
17. aguza … aguza—quiere decir, que la conversación promueve la inteligencia, que el rostro exhibe.
18. La diligencia alcanza alguna recompensa, aun para el siervo humilde.
19. Podemos observar nuestro propio carácter en el temperamento formado de otros.
20. La avidez de los hombres es tan insaciable como el sepulcro.
21. La alabanza prueba al carácter, según la manera de recibirla: los vanidosos la buscan; los débiles se inflan a causa de ella; los sabios no hacen caso de ella.
22. La maldad obstinada de los tales no se cura ni por el castigo más severo.
23, 24. tus rebaños—que constituían la riqueza principal. Es sólo por la diligencia y el cuidado como se pueden perpetuar las posesiones más sólidas cap. (Salmo 23:5).
25-27. El hecho de que la providencia ofrece los medios de competencia a los que usan de ellos debidamente, es otro motivo de la diligencia (cf. el Salmo 65:9). casa—la familia (Hechos 16:15; 1 Corintios 1:16). la grama—la hierba, pastura (Job 40:15; Salmo 104:14).