Proverbios 6:1-35
1 Hijo mío, si diste fianza por tu prójimo y estrechaste la mano con un extraño,
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CAPITULO 6
Después de las advertencias contra los que piden fianza y la holganza (vv. 6-8), presenta el carácter y destino de los malos en general, y el escritor (20-35) reitera las amonestaciones contra la incontinencia, señalando los ciertos y terribles resultados.
1, 2. si—prótasis doble (v. 1), como la apódosis (v. 2). tocaste tu mano—hiciste el trato (Job 17:3). por (con) el extraño—eso es, por un amigo (cf. el cap. 11:15; y el 17:18).
3. en la mano—en el poder de, humíllate, etc.—para suplicarle. asegúrate—ruega al amigo que haga otro arreglo para su deuda, que consiga otra fianza.
4, 5. El peligro requiere prisa.
6-8. El descuidado haragón comúnmente necesita fianza. A los tales se les intima a la industria con el ejemplo de la hormiga.
9, 10. Descripción del perezoso;
11. y los frutos de su dísolución e indolencia se señalan. como caminante—lit., como quien va y viene, eso es, un bandolero. hombre de escudo—preparado para destruir.
12. hombre malo—lit., un hombre de Belial, u hombre inútil para lo bueno, ya depravado o malvado (cf. 1 Samuel 25:25; 1 Samuel 30:22). La indolencia y el vicio son aliados. Aunque es ocioso de hechos, es (anda) activa y habitualmente de mal hablar (cap. 4:24).
13, 14. Si por temor de ser descubierto, no habla, hace señas para lograr sus intrigas. Tales señas las hacen aún en el oriente. pensando mal—lit., construyendo, como artesano; inventando mal. perversidades—como en el cap. 2:14. La artimaña es el talento de los débiles y perezosos.
15. La precipitación agrava el mal (cf. el v. 11; el cap. 29:1). calamidad—lit., un peso aplastante, quebrantado—hecho pedazos cual vaso de alfarero; completamente destruído (Salmo 2:9).
16-19. seis … siete—Modo de hablar para captar la atención (cap. 30:15, 18; Job 5:19). ojos altivos—lit., ojos de altivez (Salmo 131:1), Ojos, lengua, etc. por personas. habla mentiras—lit., respira mentiras; habitualmente miente (Salmo 27:12; Hechos 9:1).
20-23. Cf. los caps. 1:8; 3:3., etc. átalos—a saber, el mandamiento y la enseñanza. Ello evita la entrada del mal, dando buenos pensamientos, aun en los sueños (cap. 3:21-23; Salmo 19:9; 2 Pedro 1:19). reprensiones—(cap. 1:23) convencimiento del error producido por la instrucción.
24. Un ejemplo del beneficio de ella. Apreciando la verdad, los hombres no se afectan por la lisonja.
25. Una de las precauciones de esta instrucción: evitar la hermosura seductora. sus ojos—más bien, párpados: pintándoselos las mujeres, aumentan su hermosura.
26. es reducido el hombre—palabras tácitas. De otro modo se traduciría acaso, “el precio de la ramera es un pedazo de pan.” la mujer—lit., la mujer de hombre; o sea, la adúltera; idea sostenida por el contexto paralelo. Sobre los resultados similares de este pecado, cf. el cap. 5:9-12. caza—aludiendo a las trampas de la ramera (cf. el cap. 7:6-8). preciosa alma—la vida, de más valor que todas las cosas.
27-29. La culpabilidad y el peligro completamente obvios.
30, 31. Tal ladrón inspira lástima, pero se le castiga severamente. setenas—(cf. Éxodo 22:1), por muchos; amplia satisfacción (cf. Génesis 4:24; Mateo 18:21), aunque se le quiten todos sus bienes.
32. falto de entendimiento—o de corazón; carece de todo principio moral y de prudencia.
33. vergüenza—además del dolor físico (cap. 3:35). afrenta, etc.—no habrá restitución que satisfaga;
34, 35. ni condiciones de reconciliación que se acepten.