Proverbios 7:1-27
1 Hijo mío, guarda mis palabras
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CAPITULO 7
Se continúa el mismo tema, trazando las artes de la mujer extraña, como una advertencia a los incautos.
1-4. Llamadas similares (cap. 3:1-3; 4:10, etc.) niñas (Pupilas) de tus ojos—depósito custodiado (cap. 4:23) de especial valor. Lígalos a tus dedos—como inscripciones grabadas en anillos.
5. La finalidad de la enseñanza (cf. los caps. 2:16; 6:24).
6. Porque—lo digo, porque, o puesto que … ví, dando un ejemplo para ilustrar la advertencia, la que, sea narración o parábola, es en cada caso pertinente. mirando—a propósito y con empeño (Jueces 5:28).
7. simples—como en el cap. 1:4. falto, etc.—(Cf. el cap. 6:32).
8. esquina de ella—donde ella solía encontrarse. iba camino, etc.—lit., caminaba pomposamente, mostrando acaso la confianza que tenía en sí misma.
9. La hora, al crepúsculo, antes de oscurecerse. tiniebla—lit., la niña, o pupila de la noche: la medianoche.
10. atavío—el de la ramera era a veces peculiar.
11, 12. alborotadora—ruidosa, actos para llamar la atención. rencillosa—terca, insumisa. sus pies, etc.—(Cf. 1 Timoteo 5:13; Tito 2:5). 13-15. Los preparativos para una fiesta no necesariamente denotan profesiones religiosos particulares. El que ofrecía una víctima retenía una parte para una fiesta (Levítico 3:9, etc.). Esta fiesta pretende ella haberla preparado precisamente para éste, a quien saluda con atrevimiento como el buscado especialmente para participar de la misma.
16, 17. mi cámara—o canapé, adornada de la manera más costosa. cámara—lecho para dormir.
18-20. No hay temor de ser descubierto. día señalado—tal vez, lit., un plenilunio, eso es, una quincena.
21. rindiólo—le persuadió, le hizo ceder, blandura—lisonja (cf. el cap. 5:3). obligóle—en contra de sus escrúpulos.
22. luego—en seguida, ligero, o como ignorante del peligro, o incapaz de ofrecer resistencia.
23. hasta que—Ya está preso (cf. el cap. 6:26).
24. La amonestación por inferencia es seguida, 26, 27, por un alegato más general de los males de este vicio. Aun los más fuertes no pueden resistir la mortal seducción de la ramera.