Salmo 10:1-18
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El salmista lamenta la aparente despreocupación de Dios por sus aflicciones, agraviadas por la triunfante malicia, blasfemia, orgullo, dolo, y profanación de los impíos. Confía en la justa y acertada providencia de Dios para la destrucción de ellos y la defensa de los menesterosos.
1. Estos son, por supuesto, términos figurativos (cf. el Salmo 7:6; el 13:1, etc.)
2. Lit., En la arrogancia de los malos (los pobres o humildes, 10:17; 12:5) serán tomados en los artificios que (los arrogantes) han ideado.
3. deseo—a saber, el éxito de su vileza. Jehová aborrece—más bien, el malo bendice al codicioso y aborrece a Jehová.
4. El rostro expresa la hipocresía, cuyo fruto es el ateísmo práctico (14:1).
5, 6. Tal es la confianza del malo en la permanencia de su mala carrera, que desconoce el gobierno providencial de Dios (invisible, porque no quiere mirar, Isaías 26:11), escarnece de sus enemigos, y se jacta de su perpetua libertad del mal.
7-10. Tras la maldad y el engaño (Isaías 140:3) de los tales, siguen actos de artimaña, fraude y violencia combinados. Pobres, en los versiculos 10, 14, representa un vocablo peculiar a este Salmo, que significa triste o abatido; en el versículo 9, como de costumbre, la palabra significa el piadoso o manso sufrido. sus ojos—vigila con los ojos entreabiertos, aparentando no ver. acecha—como el león, se agacha lo más posible para poder dar el salto mayor, y caen—Se deja la figura del león. Lit., “para que caigan …” por sus fuertes, sus cómplices del malo.
11. Como arriba, tal conducta expresa la icredulidad o desconocimiento del gobierno de Dios.
12. (Cf. el Salmo 9:19; y el 3:7.) alza tu mano—ejerce tu poder. pobres—humildes, como en el Salmo 10:17.
13, 14. Es fútil pensar que Dios hará caso omiso del pecado, por longánime que sea; pues él escudriña y ve todas las maldades, que caerán bajo su castigo providencial (tu mano). trabajo … vejación—provocación e irritación al atribulado (Salmo 6:7; Salmo 7:14).
15. brazo—Poder. hasta que ninguna halles—Lejos de disimularlos, Dios destruirá del todo al malo y sus hechos (Salmo 9:5; Salmo 34:16; Salmo 37:36).
16-18. Dios reina. Los malos, si bien por un tiempo prosperan serán cortados. Oye, y confirma el corazón de su pueblo sufrido (Salmo 112:7), ejecuta justicia a favor del débil, y reprime el orgullo y la violencia de los arrogantes (Salmo 9:16).