Salmo 123:1-4
1 Canto de ascenso gradual. A ti, que habitas en los cielos,
2
3
4
Una petición ansiosa de la protección divina en medio de la aflicción.
1. (Cf. el Salmo 121:1). que habitas—lit., que estás sentado como entronizado (cf. el Salmo 2:4; el 113:4, 5). La deferencia, la sumisión, y la confianza, se expresan por la figura. En el oriente, a los siervos que atienden a sus amos, se les dirige casi enteramente por señales, lo que requiere que presten la mayor atención a las manos de éstos. Los siervos de Dios deben (1) mirar la mano de él, que los dirija y les señale la labor; (2) y esperar de su mano providente (104:28), que les dé su porción en el tiempo oportuno; (3) mirar su mano protectora, que defienda la causa de ellos; (4) y su mano correctora (Isaías 9:13; 1 Pedro 5:6; Cf. Génesis 16:6; (5) y su mano recompensadora.
3. menosprecio—eso es, de parte de los gentiles, y acaso de los samaritanos (Nehemías 1:3; Nehemías 2:19).
4. los holgados—despreocupados, que hacen caso omiso de la ley de Dios, y desprecian a su pueblo.