Salmo 135:1-21
1 ¡Aleluya!. ¡Alaben el nombre del SEÑOR!
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Un Salmo de alabanza, en el que se contrastan con la vanidad de los ídolos y de la idolatría, las relaciones de Dios con su Iglesia, su poder en el mundo natural, y su maravillosa liberación de su pueblo.
1-3. En la invocación a la alabanza, los sacerdotes, que están en la casa de Jehová, son mencionados en particular.
4-7. La elección por Dios de Israel es la primera razón dada de la alabanza; la segunda, su manifiesta grandeza en la creación y en la providencia. cielos … tierra … mares, etc.—significan la universalidad.
8, 9. La última plaga se cita para ilustrar sus “señales y prodigios.”
10-12. La conquista de Palestina se llevó a cabo por el poder de Dios, no por el del pueblo. en heredad—o posesión.
13. tu nombre; tu memoria—denota cada término aquello por lo cual Dios se hace conocer.
14. juzgará—hará justicia (72:2). arrepentiráse—cambiará sus tratos (90:13).
15-18. (Cf. el Salmo 115:4). Como ellos son—o bien, serán. etc. Los idólatras se vuelven espiritualmente estúpidos, y perecen junto con sus ídolos (Isaías 1:31).
19-21. (Cf. el Salmo 115:9). Allí se dice confía, en vez de bendecid como aquí. Bendito de Sión—(Cf. el Salmo 110:2; el 134:3). Desde la Iglesia, como un centro, su alabanza se difunde por toda la tierra.