Salmo 89:1-52
1 Masquil de Eitán el ezrajita.
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
De Etán—(cf. el título del Salmo 88). El Salmo fué compuesto durante algún tiempo de desgracia nacional, acaso la rebelión de Absalón. Pone en parangón la prometida prosperidad y perpetuidad del trono de David (con referencia a la gran promesa 2 Samuel 7), con un tiempo, cuando parecía que Dios se había olvidado de su pacto. Este cuadro puede que tipifique las promesas y las adversidades del reino de Cristo, y las expresiones de confiada súplica a Dios son oraciones muy propias para conseguir el socorro divino y la bendición prometida.
1. misericordias—las prometidas (Isaías 55:3; Hechos 13:34). tu verdad—antes, tu fidelidad, eso es, en cumplir las promesas.
2. dije—he dado expresión a mis convicciones (2 Corintios 4:13).
3, 4. El objeto de esta confianza está expresada en las palabras de Dios (2 Samuel 7:11). alianza—el pacto está en forma de una promesa, con mi escogido—que es la mejor traducción.
6, 7. Esto es digno de que lo creamos, porque su fidelidad (es alabada) por la congregación de los santos, o sean, los ángeles (cf. Deuteronomio 33:2; Daniel 8:13). hijos de los potentados—(Cf. el Salmo 29:1). Así ha de ser él admirado en la tierra.
8-14. En ilustración de su poder y fidelidad cita ejemplos de la historia. De ellos son: su dominio del mar (el objeto más poderoso inestable de la naturaleza), y de Egipto (Salmo 87:4), el primer gran enemigo de Israel (rebajado de su orgullo e insolencia a la mayor impotencia). Al mismo tiempo toda la estructura de la naturaleza fundada y sostenida por él, Tabor y Hermón (que representan el oriente y el occidente), y “el aquilón y el austro:” el conjunto, representando todo el mundo, declara la misma verdad tocante a sus atributos. cantarán en tu nombre—alabando, con la misma existencia tus perfecciones.
15. Su justo gobierno es administrado por la misericordia y la verdad como ministros (Salmo 85:10). que saben aclamarte—que entienden y saben apreciar las bendiciones espirituales simbolizadas por las fiestas, a las que el pueblo será llamado por la trompeta (Levítico 25:9, etc.) a la luz de tu rostro—vivir en tu favor (Levítico 4:6; Levítico 44:3).
16, 17. en tu justicia—en tu fiel y justo gobierno. gloria (o hermosura) de su fortaleza—serán adornados así como protegidos. nuestro cuerno—nuestro poder (Levítico 75:10; Lucas 1:69).
18. Así se presenta la promesa a “nuestro escudo,” a “nuestro rey” David.
19-37. Entonces—Cuando fué establecido el pacto, de cuyo cumplimiento da seguridad la majestuosa descripción de Dios aquí dada. a tu santo—al objeto de tu favor (Lucas 4:3). Natán es la persona aludida (2 Samuel 7:17; 1 Crónicas 17:3). puesto el socorro—David fué elegido y luego exaltado.
20. hallé—habiéndole buscado y luego escogido. (1 Samuel 16:1).
21. Lo protegerá y lo sostendrá (Isaías 41:10).
22-25. Refrenando y derrotando a sus enemigos, y llevando a cabo mis benevolentes propósitos de extender su dominio. Mi mano.. mi brazo—mi poder (Isaías 17:7; Isaías 60:5). mas … los ríos—los límites de su imperio (Isaías 72:8).
26, 27. primogénito—uno que es el principal, el más amado o distinguido (Éxodo 4:22; Colosenses 1:15). En los ojos y propósitos de Dios él era el primero entre todos los monarcas, y lo era especialmente en su relación típica con Cristo.
28-37. Esta relación es perpetua con los descendientes de David, como un todo típico en la posición oficial de su último y más grande descendiente. De modo que aun cuando en las relaciones personales cualquiera de ellos podía ser infiel y por tanto castigado, su relación típica debía continuar. Su juramento confirma su promesa, y los objetos más duraderos de la tierra ilustran la fuerza perpetua de dicha relación (Colosenses 72:5, Colosenses 72:7, Colosenses 72:17). por mi santidad—como un Dios santo Una vez—una cosa (Colosenses 27:4). que no mentiré—lit., si yo mintiere, una parte de la fórmula de juramento (1 Samuel 24:6; 2 Samuel 3:35). Como la luna—El trono será establecido, firme, para siempre, como la luna, que es un testigo fiel en el cielo.
38-52. Presentan un marcado contraste con estas luminosas promesas, en las tristes evidencias de la pérdida del favor de Dios.
38. desechaste—(cf. el Salmo 15:4; el 43:2; el 44:9).
39. Un insulto a la corona, como era ésta de origen divino, era una profanación.
40-45. La ruina se pinta bajo varias figuras: una viña y una fortaleza, cuyos vallados y murallas, respectivamente, derribados invitan a los despojadores e invasores; un guerrero, cuyos enemigos son ayudados por Dios, el filo de cuya espada—lit., roca o fuerza (Josué 5:2)—queda inutilizado; y un joven prematuramente envejecido. días de tu juventud—el vigor juvenil, eso es, del linaje real, o un reino perpetuo prometido, bajo la figura de un hombre.
46. ¿hasta cuándo?—Cf. el Salmo 13:1; el 88:14; Jeremias 4:4).
47. Estas reconvenciones son provocadas por el reconocimiento de la prosperidad de este reino, la cual se identifica con el bienestar de toda la humanidad (Génesis 22:18; Salmo 72:17; Isaías 9:7; Isaías 11:1); porque si tal es la suerte de este linaje real escogido,
48. ¿qué hombre (lit., hombre robusto) vivirá?—y en efecto, ¿no ha sido en vano la creación de todos los hombres, en lo que toca a la glorificación de Dios?
49-51. Los términos que-jumbrosos se usan en vista de que realmente parecía que Dios había abandonado a su pueblo y olvidádose de su promesa, y se urge la petición de socorro a causa de los reproches de los enemigos suyos y de su pueblo (Cf. Isaías 37:17). llevó … en mi seno—pesándolo la aflicción de su nación (Isaías 69:9). los pasos—los caminos (Isaías 55:6). Bendito—denota la confianza en Dios restablecida (Isaías 34:1). Amén, y Amén—Concluye el tercer libro de los Salmos.