EL TERCER LIBRO DE REYES.
INTRODUCCIÓN.
Este Libro y el siguiente son llamados por los santos Padres, Tercer y Cuarto Libro de los Reyes; pero por los hebreos, el primero y segundo. Contienen la historia de los reinos de Israel y Judá, desde el comienzo del reinado de Salomón hasta el cautiverio. En cuanto al autor de estos libros, parece muy probable que no hayan sido escritos por un solo hombre, ni por un tiempo; pero como siempre hubo una sucesión de profetas en Israel que registraron, por inspiración divina, las cosas más notables que sucedieron en sus días, estos libros parecen haber sido escritos por estos profetas.
Ver 2 Paralipomenon, alias 2 Chronicles ix. 29., xii. 15., xiii. 22., xx. 34., xxvi. 22. y xxxii. 32. (Challoner) --- Este libro nos informa de la muerte de David, cap. ii. 11, donde algunas copias griegas concluyeron el segundo libro "de los reinados o reinos", según el estilo de los cuatro libros. Teodoreto y Diodoro siguen esta división. El punto no tiene importancia; y las ediciones hebreas a menudo han variado.
Orígenes observa que los judíos denotaron estos dos libros a partir de las primeras palabras, "Ouammelech David". (Eusebio, Hist. Vi. 25.) (Haydock) --- En la época de San Jerónimo, los cuatro libros eran sólo dos. El presente libro detalla las acciones de Salomón, (Calmet) hasta el final del capítulo 12. Entonces vemos la división del reino: Roboam, Abias, Asa y Josafat reinan sobre Judá; Jeroboam, etc., sobre Israel; mientras que los profetas Abías, Elías, Eliseo, aparecen en los once capítulos restantes.
(Worthington) --- Aunque las memorias parecen haber sido dejadas por autores contemporáneos, (Haydock) uno, y muy probablemente Esdras, hizo la compilación, después del cautiverio, insertando con frecuencia las mismas palabras de sus autores, pero para hacer algunas reflexiones adicionales. (Calmet) --- Los Rabinos generalmente atribuyen el trabajo a Jeremías. (Haydock) --- Está más atento a la casa de David, y para mostrar las recompensas de la piedad, y el castigo del vicio, así como la gloria del templo y de la religión, que para describir las hazañas militares, que ocupan gran parte de la historia profana. (Calmet)