Por su don inefable. Tal es la conclusión que el apóstol pone sobre el tema de las limosnas. En el capítulo siguiente pasa a un nuevo tema; pero, ante todo, gracias al Todopoderoso que ha enriquecido a los corintios con una disposición tan caritativa. San Juan Crisóstomo, Theo. Y algunos otros comentaristas piensan que por la expresión, su don inefable, se entiende la encarnación de Cristo.

El fruto de las limosnas es el aumento de la gracia en toda justicia y buenas obras para vida eterna; Dios concede estas bendiciones como recompensa y recompensa de obras de caridad, que por lo tanto se llaman la semilla (ver. 10. arriba) o causa meritoria de estos frutos espirituales.

[1] En omnem simplicitatem, griego aploteta, sobre el cual San Juan Crisóstomo dice, griego: om. k., aploteta diez dapsileian kalei, una abundancia abundante.

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