Si Dios no perdonó a los ángeles, etc. San Pedro trae aquí estos ejemplos de la justicia de Dios. 1. Hacia los ángeles rebeldes que cayeron del cielo; 2. el del diluvio o diluvio general; 3. cuando destruyó Sodoma y esas otras ciudades. Primero, a los ángeles que pecaron, Dios por su justicia los liberó, arrastrados con sogas infernales al infierno para ser atormentados y reservados aún para tormentos mayores después del día del juicio.

Este parece ser el sentido liberal de este cuarto versículo, que es oscuro y tiene diversas lecturas en griego. En los ejemplos del diluvio y de Sodoma, San Pedro muestra no solo la severidad de los juicios de Dios sobre los impíos, sino también su providencia misericordiosa hacia el pequeño número de los justos, como hacia Noé [Noé], un predicador de justicia, el octavo y principal de los que se conservaron en el arca, cuando no perdonó al mundo antiguo (literalmente, el mundo original) ni a los malvados de aquellos tiempos antiguos.

Cuando liberó a ese hombre justo, Lot, redujo a cenizas Sodoma y esas otras ciudades: porque Lot era justo tanto en vista como en oído, sin ser corrompido por lo que vio y oyó; casto en sus ojos y oídos, o en cuanto a todo lo que se podía ver u oír de él, cuando los impíos entre los que vivía irritaban y afligían su alma justa con sus actos impíos. Dios, por tanto, que conoce y aprueba los caminos de los piadosos, los preserva por su providencia en medio de las tentaciones. (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

Rudentibus inferni detractos in tartarum tradidit cruciandos, in judicium reservari, griego: seirais zophou (algunas copias, griego: adou) Griego: tartarosas, paredoken eis krisin teteremenous; otros manuscritos, griego: teroumenous. Griego: Tartaroo debe significar arrojado en un lugar, llamado griego: tartaros, derivado del griego: taratto, turbo. El Rhem. Testamento tiene, con las cuerdas del infierno tiradas; pero el sentido más bien parece ser, encadenado o encarcelado.

Algunos tendrían griego: tartarosas para significar, arrojado a esta región del aire. Es cierto que los buceadores de los antiguos Padres opinaban que los demonios están dispersos en la región aireada, donde son castigados y atormentados; pero estos mismos Padres no niegan que hay en las partes inferiores de la tierra un lugar de tormentos para los demonios y las almas condenadas, al cual (llamado también el abismo) los demonios suplicaron que no se los enviara y se los confinara allí. (Lucas viii. 31.) Este es el lugar llamado infierno, tártaro, etc.

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