De fuego. Los ángeles asumieron una apariencia tan gloriosa y terrible. Uno de ellos hubiera bastado para destruir todo el ejército de Siria; y así el siervo podría estar convencido de cuán vanos eran todos los intentos contra los siervos de Dios, Salmo cxliv. 19. (Salien, el año antes de Cristo 907.) Jacob contempló tales campamentos de ángeles, (Génesis xxxii. 1, 2.) y nuestro Salvador habla de las legiones que podría haber traído adelante, Mateo xxvi. 53. (Calmet)

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