El Señor Jesucristo sea con tu espíritu. La gracia sea contigo. Estas palabras son una oración ferviente, con la que San Pablo en diversas ocasiones concluye sus epístolas; tal es la oración del sacerdote, cuando se vuelve en la misa, con Dominus vobiscum, respondiendo el pueblo, et cum Spiritu tuo. (Witham)

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