No selles las palabras; como no diseñado para ser mantenidos sellados o en secreto, sino para ser entregados a los fieles para su instrucción, a fin de que están preparados para sufrir persecuciones; para que su fe, esperanza y caridad sean avivadas y acrecentadas por una firme expectativa de su felicidad en el próximo mundo, después de breves sufrimientos en este. (Witham)

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