Bendecido por el Dios, quien, por medio de su Hijo Jesucristo, hecho hombre, nos ha bendecido con todas las bendiciones y dones espirituales; y por su gracia, infundida en nuestras almas, nos ha dado el título de una feliz eternidad en el cielo. (Witham) --- En las cosas celestiales; (in cælestibus) es decir, todas las bendiciones espirituales del cielo, o para la eternidad. Este es el objeto de todas las bendiciones que recibimos de Dios; y debemos, según la primera intención de ellos, remitirlos a todos a la bienaventuranza eterna o celestial. San Pablo distingue las bendiciones que recibimos en Jesucristo de las otorgadas a los judíos, que eran temporales y limitadas a esta tierra. (Calmet; Challoner)

Con todas las bendiciones espirituales en los lugares celestiales: literalmente, en los lugares celestiales, [1] o celestiales, que algunos exponen y traducen, en las cosas celestiales; pero esto, expresado poco antes por las bendiciones espirituales, parece más bien entenderse de la gloria preparada para nosotros en el cielo, o en las mansiones celestiales; en cuyo sentido me parece, según la interpretación tanto de S.

Jerónimo y de San Juan Crisóstomo en sus comentarios sobre estas palabras. Estius se da cuenta de que la misma expresión, en los celestiales, se usa cinco veces en esta epístola, y en todas ellas significa lugares por encima de nosotros. (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

En cælestibus, griego: en tois epouraniois, en supercælestibus. San Jerónimo, (p. 324, tom. 4. nov. Edit.) Spiritualia in cælestibus expectanda .... thesaurizamus nobis in cælis. Véase San Juan Crisóstomo, griego: log. ap 765.

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