Codicia. [1] La palabra latina generalmente se toma por codicia o deseo inmoderado de dinero y riquezas. San Jerónimo y otros observan que la palabra griega en este y en otros lugares del Nuevo Testamento puede significar cualquier deseo insaciable o la lujuria de los placeres sensuales; y por esta razón, San Jerónimo piensa que aquí se une a la fornicación y la inmundicia. Pero San Juan Crisóstomo en el último capítulo, (ver.

19. hom. xiii. y en este cap. ver. 3.) muestra que por la palabra griega se entiende avaricia, o un deseo inmoderado de riquezas, cuando dice (hom. Xviii) que este pecado es condenado por las palabras de Cristo, Lucas xvi. 13. No se puede servir a Dios ya Mammón. (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

y 5. Codicia, avaricia, griego: pleonexia. Vea a San Jerónimo en estos versículos, quien lo expone de una lujuria insaciable, en cuanto a los pecados de inmundicia e impureza. (p. 380.) Pero ver también San Juan Crisóstomo quien, en griego: pleonexia, (Cap. IV. 19.) expone, un deseo inmoderado de riquezas: Griego: chrematon om. yo G. (pág. 829.) Y aquí, hom. xvii. pag. 847, griego: o gar auto chrematon eromen, kai somaton.

Y hom. xviii, en el quinto verso, expone la palabra griega: pleonektes, os estin eidololatres, qui est idolatra, de aquel que es, propiamente hablando, un hombre avaro; que adora las riquezas o las riquezas, que se esmera en dejar una herencia a otros y se priva de ella, etc. (p. 853.) Griego: chruso douleuontes, 851.

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