Dedo, el espíritu (Lucas xi. 20; compárese con Mateo xii. 28) o poder de Dios, Isaías xl. 12. Los magos confiesan aquí que Moisés es algo más que ellos mismos. (Calmet) --- Así Dios interfiere, siempre que un concurso de milagros, reales o aparentes, pueda desviar a cualquier buscador sincero. Hizo confundir a los sacerdotes de Baal; (3 Reyes xix,) y Simón el Mago, volando en el aire, fue arrojado a la oración de St.

Peter. (Hegesip.) Cyrola, el patriarca arriano, tratando de engañar al pueblo, dándole la vista a un hombre a quien sobornó para que se hiciera pasar por ciego; y Calvino, que deseaba tener el honor de resucitar a un hombre, en Ginebra, mediante la misma imposición, ambos estaban merecidamente cubiertos de confusión; mientras que, de aquellos infelices que se unieron a la colusión, uno perdió la vista y el otro la vida. (Gregorio de Tours, ii.

Hist. 3; Bolsec.) En tales ocasiones, se nos advierte que debemos estar en guardia y adherirnos a la antigua religión. (Deuteronomio xiii; Mateo xxiv.) (Worthington) --- Los magos, aunque completamente convencidos, aún no se habían convertido.

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