Israel. Fingieron morir en paz en Jerusalén: Dios les dice que no debe ser así, sino que deben ser juzgados y condenados, y caer a espada en las fronteras de Israel; es decir, en Reblata, en la tierra de Emat, donde todos sus jefes fueron ejecutados por orden de Nabucodonosor, 4 Reyes xxv. y Jeremías lii. 10, 27. (Challoner)

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