Israel. Gente de todas partes podía servir a los levitas. Esta tribu no debía dedicarse a trabajos laboriosos o sórdidos, estar apegada al servicio del Señor y obligada a instruir a otros. Pero esto se cumplió más perfectamente en la Iglesia cristiana, donde el clero goza de grandes inmunidades y tiene prohibido ejercer cualquier oficio o empleo que pueda apartarlo de sus preocupaciones espirituales más importantes o hacer que su ministerio sea despreciable. Ver Éxodo xix. 6.

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