Sed seguidores míos, siempre desconfiados de vuestros propios méritos, y siempre deseosos de avanzar en la perfección, como yo. Es algo feliz cuando un pastor puede así, con toda sinceridad y sencillez, dirigirse a su rebaño. --- Les exhorta a seguirle en lo que les había enseñado y en el modelo de buena vida que les había puesto. Les repite con lágrimas lo que les había dicho anteriormente, que muchos caminan y se conducen como enemigos de la cruz de Cristo, de Cristo crucificado, abandonándose a los placeres de una vida sensual, que se glorían en lo que deben. tener verguenza de. Alude a los discípulos de Simón el Mago o de los médicos judíos. (Witham)

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