Por lo tanto, Abram, por temor a suscitar una disputa también con los ferezitas, quienes podrían quejarse de que estos extraños se estaban comiendo lo que habían tomado antes, sugiere a su sobrino la conveniencia de que tomen diferentes cursos. Siendo el mayor, divide y el menor elige, según una antigua y loable costumbre. (San Agustín, Ciudad de Dios xvi. 20.)

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