He aquí a Adán, etc. Esto se dijo para reprocharle su orgullo, al afectar un conocimiento que podría hacerlo semejante a Dios. (Challoner) --- "Estas son las palabras de Dios, no insultando al hombre, pero disuadiendo a otros de una imitación de su orgullo". (San Agustín, de Gen. xi. 39.) --- Para siempre. La oración queda imperfecta: (Calmet) pero al expulsar al hombre del Paraíso, Dios mostró suficientemente cómo evitaría comer del árbol de la vida, (Haydock) que Adán aún no había encontrado.

Como ahora estaba condenado a ser miserable en la tierra, Dios, en su misericordia, le impidió probar ese fruto, que habría hecho perpetua su miseria. (Menochius) --- Lo dejaría morir, para que, por la muerte, pudiera llegar, después de una vida de 930 años, gastada en el dolor y el arrepentimiento, al disfrute de sí mismo. (Haydock) --- No sea que quizás. Dios no ejerce su poder absoluto ni destruye el libre albedrío, sino que hace uso de medios y precauciones ordinarios para llevar a cabo sus designios. (San Agustín) (Worthington)

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